En el briefing diario en la Sala de Prensa del Vaticano, los testimonios de la asamblea sinodal de algunos representantes de otras confesiones fueron muy positivas.
Fuentes: Periodista Virginia Bonard y Vatican News
Murray: el significado de la presencia de delegados hermanos
«Siguiendo la práctica en la XVI Asamblea General del Sínodo participan delegados fraternos de las distintas Iglesias y comunidades eclesiales. Para tener una representación más amplia, fueron invitados 12 delegados fraternos de las cuatro grandes tradiciones cristianas: tres de la Iglesia ortodoxa, tres de las Iglesias ortodoxas orientales, tres de las históricas comuniones protestantes y tres pentecostales-evangélicos». Según «la tradición del Sínodo – explicó Murray – los delegados fraternos no son sólo observadores, sino que están invitados a participar en las discusiones, especialmente en los círculos menores. Participaron también en el retiro espiritual de preparación al Sínodo, del 1 al 3 de octubre».
Cardenal Koch: ecumenismo, sinodalidad y misión
Precisamente desde este punto de vista se pronunció el cardenal Kurt Koch, Prefecto del Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos, centrando su discurso en la dimensión ecuménica del Sínodo. De hecho, la presencia de los delegados fraternos – dijo – demuestra que la participación de otras Iglesias y comunidades eclesiales está en el centro de la experiencia del ecumenismo y «el bautismo es lo que nos une, el fundamento del ecumenismo y la base de la sinodalidad». El Prefecto subrayó, en particular, la dimensión litúrgica de la sinodalidad: «rezamos y caminamos juntos», porque «la oración común es muy importante», prosiguió, testificando hasta qué punto el Papa está «convencido de que este proceso sinodal debe ser ecuménico y que el camino ecuménico debe ser sinodal», porque «hay reciprocidad entre ecumenismo y sinodalidad». También hay que recordar que el ecumenismo nació como un movimiento misionero.
El metropolitano ortodoxo rumano: en señal de fraternidad
A continuación, tomó la palabra el metropolitano ortodoxo rumano de Europa occidental y meridional, presente en el Sínodo como delegado fraterno, Iosif. «Como Iglesia ortodoxa estamos muy contentos de ser parte de este proceso», comenzó recordando que la reflexión sobre la sinodalidad y el primado se lleva a cabo desde hace diez años en el seno de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Católico-Ortodoxo. Una verdadera «fraternidad» se está construyendo entre los cristianos del mundo después de épocas marcadas por tensiones y divisiones: «busquemos juntos lo que nos une», aseguró. Como ejemplo de colaboración, el metropolitano destacó que en Italia «la Iglesia católica presta más de 300 iglesias a la Iglesia ortodoxa de Rumanía». Además, añadió, «el ecumenismo se produce en la base» a través del testimonio de muchas familias mixtas que se han formado en Europa y en el mundo».
Onyinah: un acto de humildad del Papa y de la Iglesia
Opuku Onyinah, representante de la Federación Pentecostal Mundial, ex presidente de la «Iglesia de Pentecostés» en Ghana, presente también en el Sínodo como delegado fraterno, es miembro de la Comisión Mixta Internacional Católico-Pentecostal. «La invitación a participar en el Sínodo dirigida a las demás Iglesias – dijo – representó un acto de humildad por parte del Papa y de la Iglesia católica». El proceso sinodal, añadió, «es muy transparente, abierto y ofrece a las personas igualdad de oportunidades para compartir sus puntos de vida». Además, «cada contribución se considera de igual importancia». Se trata, en opinión de Onyinah, «de una alta expresión de madurez demostrada por la Iglesia católica».
Arzobispo Gądecki: un método para hablar
Monseñor Stanisław Gądecki, arzobispo de Poznań, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, habló de su experiencia y dijo estar asombrado de que, habiendo invitado también a otros cristianos, judíos y no creyentes, aun así se haya evitado la discordia. «Rara vez – explicó – en los encuentros humanos esto sucede entre diferentes posiciones; en cambio, el método utilizado fue positivo: primero expresar las propias ideas, luego escuchar las de los demás y finalmente discutir, incluso en silencio. Por eso hemos demostrado que existe un método para poder hablar entre nosotros con la ayuda del Espíritu Santo, que puede llevar a discusiones pacíficas en este mundo, incluso fuera de la Iglesia», para avanzar en temas «como las guerras y las guerras mundiales». En cuanto al discurso ecuménico, el Presidente de los obispos de Polonia subrayó que este proceso sinodal tiende a la unidad, respetando la diversidad de confesiones, espíritus y culturas.
Clifford: con el estilo del diálogo continuo y abierto
A continuación, tomó la palabra Catherine Clifford, canadiense, profesora de teología sistemática e histórica en la Universidad St. Paul de Ottawa, miembro de la Comisión Mixta Internacional Católico-Metodista, que participa en los trabajos como representante del proceso sinodal para América del Norte. Luego destacó que cada obispo del mundo «ve el Sínodo como un instrumento prioritario, fruto de décadas de reflexión, donde el camino entre socios ecuménicos continúa y se nutre del diálogo». Respecto al camino presinodal realizado en el contexto canadiense, Clifford precisó que «hubo importantes intercambios entre las diversas Iglesias cristianas: se produjo un verdadero ecumenismo receptivo donde cada Iglesia reconoció una necesidad de renovación y crecimiento. La sinodalidad es, de hecho, un paradigma de nuestro camino común hacia una Iglesia reconciliada en la que la fe que compartimos en Jesús es mucho mayor que las cuestiones que nos dividen».
Respuestas a las preguntas de los periodistas
Respondiendo a una pregunta, Clifford destacó la importancia de la invitación del Papa Francisco a tomar más en serio a la Iglesia como pueblo de Dios: en los últimos 30 años, recordó, ha habido importantes conversaciones entre teólogos sobre la comprensión común de la Iglesia. «Es notable el paralelo con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que ve a la Iglesia como misterio de comunión y pueblo de Dios. Monseñor Gądecki añadió que, en el caso de los futuros sacerdotes en Polonia, el tiempo de formación se amplía hasta siete años, con un año preparatorio, y también se aplican las diferentes ciencias, para que el candidato pueda formarse de la forma más eficaz, fomentando relaciones con otras personas que aseguren que el futuro sacerdote no se desvincule del mundo.
A la siguiente pregunta sobre el papel del ecumenismo en la nueva evangelización, el cardenal Koch explicó que se trata de una cuestión importante. El arzobispo Gądecki se hizo eco de esto, recordando que la misión acompañó la vida de las comunidades judía y eclesial. En cuanto a la necesidad de discernir los signos de los tiempos, el Prelado recordó el testimonio de santidad del joven beato Carlo Acutis. Por su parte, Clifford explicó que el Papa Francisco invita a la conversión misionera en Evangelii gaudium.
Cuando se le preguntó si el año próximo habrá los mismos miembros, el Prefecto Ruffini respondió que se espera que la asamblea sea la misma. Se preguntó entonces al metropolitano rumano Iosif cuáles son los límites de la sinodalidad en la experiencia ortodoxa: «Las dificultades – respondió – son las de llegar a un consenso». Para Koch, la sinodalidad es sencilla, si existe la conciencia de que «la fe de los creyentes está en el centro de nuestro servicio». Finalmente, la última pregunta se refería a la falta de vocaciones y la ordenación de hombres casados. Ruffini dijo que se mencionó, pero no estuvo entre los temas más discutidos. Koch, por su parte, recordó que se había discutido en el Sínodo para la Amazonía, pero al final el Papa no se decidió porque explicó que había escuchado demasiadas voces, pero no la del Espíritu Santo. «Nosotros los ortodoxos, después de milenios de sacerdotes casados, recordamos a los católicos que existe esta posibilidad», se hizo eco el metropolita Iosif. Y Clifford concluyó diciendo que el tema no estuvo ausente en los trabajos sinodales.
