Soy feliz, muy feliz – Tomás Luna

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Presentamos a Tomas Luna, tiene 19 años y su parroquia de origen es la  Anunciación del Señor de La Rioja ciudad. se encuentra en el segundo año de formación para la vida sacerdotal, en el primer año de la etapa discipular llamada Nazaret . Aquí su testimonio en primera persona:

Mi barrio natal es Cochangasta en donde pasé mi infancia, parte de mi adolescencia y también es donde escuché el llamado de Dios a la vocación Sacerdotal. En la parroquia  participé de sus actividades, dando así mis primeros pasos, en compañía de la Hermana Lucrecia Goyochea (ecj), quien caminó conmigo durante todo ese tiempo de escucha a la voz de Dios, en el discernimiento y la vida de oración, luego me mudé a la zona sur de la capital de La Rioja en donde empecé a participar en la comunidad parroquial Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. Allí continué el discernimiento vocacional previo a ingresar al Seminario Mayor de Córdoba en donde actualmente me estoy formando.  Antes de ingresar al Seminario participé en diversas actividades parroquiales como la catequesis, el ministerio de música y canto, grupo juvenil, misiones parroquiales, retiros y actividades de la renovación carismática católica (RCC).

Este año mi pastoral está orientada a la salud, en la cual acompaño 2 comunidades “Hogar San Camilo” en Barrio Argüello destinada mayormente a los sacerdotes y adultos mayores, y la “Casa de la Bondad” de la fundación Manos Abiertas, en Barrio Güemes. destinada a los hermanos con cuidados paliativos; asistiendo, acompañando, compartiendo el Evangelio y la música, escuchando y reconociendo a Jesús que está presente en ellos. Además inicié mis estudios universitarios en la Universidad Católica de Córdoba, en el primer año de la licenciatura en Teología.

“Soy Feliz, muy feliz. Aunque en algunas ocasiones haya cosas que me cuestan, Vale la pena dar la vida a Dios” y en Él quiero en todo “amar y servir”

Te animo querido/a Joven que en la oración, en el servicio y en la escucha atenta del Evangelio, vayas abriendo el corazón a lo que Dios quiere para tu vida.

¡Gracias Tomás! Hermosas tus palabras