Santo Padre ¿Quién es nuestro Obispo?

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Misa de beatificación de los mártires

Se cumplen 5 años de la Beatificación de Monseñor Angelelli, los padres Murias y Longueville y el laico Wenceslao Pedernera. Como homenaje, además de invitar a ver este enlace, compartimos una carta que se encuentra en la Positio sobre la Vida y Virtudes de los 4 Beatos mártires. 

 

El 12 de agosto de 1973, tres años antes del asesinato de Monseñor Angelelli, las religiosas de la Diócesis de La Rioja enviaron una carta a Pablo VI en donde contaban el pastoreo del Obispo y la persecusión que toda la Iglesia y particularmente el pueblo más frágil, sufría.

Fueron 59 religiosas de las siguientes congregaciones que en el orden transcripto y con esa denominación, firmaron dicha carta: Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, Dominicas cordobesas, Carmelitas misioneras terciarias, Pobres Bonaerenses, Divino Maestro, de la Asunción, Dominicas mendocinas, de la Inmaculada Concepción (Azules), del Sagrado Corazón, Concepcionistas y Josefinas.

Allí no ahorran palabras ni maquillan hechos para contar la verdad de lo que ocurría y describir al pastor que tenían.

La carta dice:

Beatísimo Padre:

Nos vemos en la obligación de hacerle llegar estas reflexiones surgidas del andar en la Iglesia de La Rioja

¿Qué vive la Iglesia en La Rioja? ¿Quién es nuestro Obispo?

La preocupación constante de la Iglesia es ser realmente servidora de los hombres y que la dignidad de la persona sea respetada en su totalidad, si no queremos ser negadores de la Encarnación de Cristo.

Monseñor Enrique Angelelli es un Obispo realmente comprometido con su pueblo, que lleva a la práctica el Concilio, Medellín, San Miguel, en una palabra, el Evangelio.

Como miembros del Pueblo de Dios y como religiosas podemos dar fe que, desde que Monseñor llegó a La Rioja, se ha operado un gran cambio en este pueblo…En su primer mensaje al Pueblo de La Rioja dijo Monseñor Angelelli…que caminamos hacia una Iglesia más misionera, más de servicio que de dominación, más dialogante con su mundo, más deseosa de un laicado maduro y responsable.

Esta acción pastoral, como “Iglesia Servidora”, se testimonia en los distintos sectores del Pueblo de Dios.

Muchos sacerdotes y religiosas hemos encontrado aquí apertura, acogida, posibilidad de un compromiso concreto y maduro con la Iglesia y con la realidad latinoamericana…ejemplifiquemos con algunas opiniones de los laicos recogidas entre los más pobres:

  • «Hoy no solo nos hablan de Dios, también nos enseñan a vivirlo.
  • Los pobres nos sentimos comprendidos e interpretados.
  • La Iglesia hoy está abierta a todos.
  • La Iglesia me da la fe, la caridad, la comunidad y la conciencia de mi dignidad»

Porque la Iglesia de La Rioja

  • Intenta reflejar el rostro de Cristo
  • Busca comprometerse con su pueblo poniéndose al lado del que más sufre.
  • Urge, cuestiona y denuncia, en nombre del Evangelio, instándonos a una conversión pública y privada.
  • Quiere vivir el Evangelio y los Documentos Conciliares.

Por todo esto la Iglesia de La Rioja sufre una campaña de persecución y difamación por aquellos que, egoístamente, velan solo por sus intereses personales o detentan el poder.

Los últimos hechos realizados por un puñado de personas que se desplazan por toda la provincia sembrando la confusión son:

  • La profanación de vasos sagrados y el Evangelio en comunidades de religiosas y laicos de Acción Caólica de Aminga.
  • La expulsión del Obispo, religiosas, sacerdotes y laicos de Anillaco con calumnias y agresiones.
  • El impedimento del Obipo de participar en las patronales de Pituil.
  • La campaña de calumnias llevada a cabo a través de publicaciones, panfletos, folletos y especialmente por uno de los diarios locales cuyo director propietario tiene un frondoso prontuario policial, explota el juego, la droga, la trata de blancas y que respalda al grupo de terratenientes y “amos” que además de tener esclavizado a nuestro pueblo, lo confunde y amenaza.

Por todo esto, nos atrevemos a pedirle que, como sucesor de Pedro, confirme a este suyo en el Episcopado; que nuestro pueblo riojano, en este momento confundido y amenazado en su fe, sea reconfortado con el gesto o la palabra que su Santidad vea oportuno.

Le agradecemos al Señor poder compartir con su santidad las angustias y esperanzas de nuestro pueblo, nos despedimos finalmente pidiendo su bendición apostólica.

Esta carta, entre otras cosas nos muestra que el martirio de Angelelli se fue dando paulatinamente hasta arrebatarle la vida en 1976, que era un gran y querido pastor y que había un grupo de mujeres audaces quienes en nombre de Cristo y con amor a la Iglesia no callaron lo que veían y escuchaban aún a costa de sus popias vidas. 

Había una Iglesia que era perseguida y las religiosas no dudaron en protegerla junto al Obispo y por eso le escribieron al Papa Pablo VI contándole lo que ocurría.