Reconocer a Jesús en la fragilidad de los niños prematuros

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Para acercarse, contemplar, agradecer y comprometerse

Las Enfermeras de Neo Natología del Hospital de la Madre y el Niño de La Rioja cuidan de bebés prematuros o con alguna dolencia que les impide, recién nacidos, irse con sus padres a sus hogares. Seguramente todas las enfermeras y enfermeros hacen lo mismo con igual cariño y entrega. Son las mamás que cuidan esas vidas como propias. Bebés que recién llegan a la vida de modo sumamente frágil. Y ahí están como María y José con Jesús en Belén, acompañando a estos niños, cuidándolos como lo más valioso; convirtiendo a la Neo en un verdadero Belén de la puerta de al lado.

Más de 20 respondieron a nuestras preguntas, son anónimas, como María en Belén pero cambian, con su entrega, a la misma vida. En la foto de la derecha, una de ellas que hace de mamá canguro de un bebé que nació a las 26 semanas de gestación y que la mamá falleció en el parto. Y así se multiplican sus historias. 

Al preguntarles por qué son enfermeras nos responden de distintos modos que es por ayudar en el dolor que transitan los demás, sus respuestas son: Por vocación, porque me gusta ayudar al prójimo y siento que devuelvo en el otro lo que Dios me brinda cada día, porque siento que es la profesión que Dios designó para mí, por el ejemplo de mi madre, por sus enseñanzas, de entrega al prójimo, por empatía, por ayudar al que más sufre, porque me siento útil ayudando a los demás y es una satisfacción saber que con mis conocimientos puedo mejorar la calidad de vida de las personas, porque me gusta trabajar con el binomio mamá/bebé y sus cuidados, porque me encanta ayudar al prójimo, porque siento que soy una elegida de Dios para estar en el mejor lugar, porque es una profesión muy linda, brindar atención y cuidado a personas que lo requieren te llena de satisfacción.

Ante la pregunta qué te regala la profesión y qué te quita coinciden que satisfacción al ayudar y les quita estar con la familia. Estas son las respuestas: Me regala muchísimas satisfacciones, momentos únicos compartidos con pacientes, familiares y compañeros. Me quita pasar ciertos momentos con la familia. Me regala bienestar, aprendizaje. Me quita relaciones con otras personas. La satisfacción de saber que ayudas a mejorar el bienestar de nuestros bebés y me quita el tiempo de calidad con la familia. Me regala sabiduría, compasión, amigos, ¡padres agradecidos! Y me quita tiempo en familia, en ver a mis hijos crecer, envejecer a mis padres. Me regala satisfacciones cuando un paciente se va de alta. Me quita mucho tiempo con mi familia y seres amados en fechas importantes. Recibo la satisfacción de ver salir adelante a los pacientes y a su vez me demanda muchas horas de trabajo y estrés mental y físico en una terapia intensiva. Me regala hijos, sobrinos que son del alma, amistades. A veces quita tranquilidad, celebraciones como Navidad, Día de la Madre.

La terapia es un lugar de intenso trabajo en donde constantemente conviven la vida y la muerte de bebés que muestran una indefensión plena. Quisimos que nos cuenten un momento lindo y uno difícil. De distintos modos expresan que lo mejor es el nacimiento de un Bebé, cuando se va de alta y el difícil cuando fallece.

Aquí las distintas respuestas:

Difícil la partida del bebé, de una compañera, lo lindo el nacimiento de mis sobrinos. Momento difícil el fallecimiento de mi sobrino en el servicio. El agradecimiento de familiares cuando se van de alta o cuando te dicen que se sienten con confianza al poder hablar sin problema con una, sin miedo de recibir reproches. Un momento difícil no lo tuve todavía pero la muerte de un paciente y ver el sufrimiento sin poder ayudar es lo más difícil. Lindo la felicidad de los padres al llevarse su bebé a casa. El momento más difícil de mi profesión entregar en los brazos un hijo fallecido a sus padres. Y unos de los momentos más lindos, el llanto al recibir a mis nietos, sobrinos, hijos de mis colegas. Uno difícil la muerte de una paciente con la cual había forjado un vínculo. Y uno lindo cuando vi irse de alta a un bebé que nació con todos los pronósticos en contra y hoy es un niño que disfruta de la vida junto a sus padres. Mi momento difícil fue cuando falleció un bebé por abuso infantil, me sentía impotente. Momento lindo: cuando recibí un video de un prematuro extremo al que cuide tanto, su madre fallece después de nacer. En ese video lo vi caminando y sonriendo. También es difícil cuando los familiares te tratan mal sin tener la culpa y un momento lindo es cuando te agradecen.

La siguiente pregunta fue qué sentían al recibir un bebé. Aquí las respuestas:

Una bendición, el comienzo de una nueva historia que se escribe desde el primer instante marcando la vida de varias personas, se siente paz a traer un nuevo ser al mundo, me siento útil al prójimo. Tengo más de 13 años recibiendo bebés, y en cada parto que asisto la alegría y la tranquilidad de escucharlo llorar es siempre la misma, siento el milagro de poder ayudar, ser instrumento de Dios, es la sensación más bella, una experiencia única, recibimos con el amor de madre en nuestras manos esa vida que comienza, brindando calidad de atención, es la llegada de una personita que sin duda llega a cambiar la vida a las personas

Recibir un bebé es un privilegio, una bendición, una responsabilidad enorme, ya que todo lo que se haga en ese momento puede repercutir a lo largo de la vida del recién nacido. ¡Es un momento hermoso! Y más bello es ver a ese bebé en los brazos de sus padres.

Recibir un bebé es saber que sos prácticamente su primer contacto con el mundo exterior y que vas a ser esa persona encargada de cuidarlo, protegerlo y enseñarle o ayudarle a los papás a cuidarlo cuando lo requiera.

Es un compromiso y responsabilidad muy grande por la vida de ese bebé, porque su vida también depende de la calidad de cuidados que les brindemos.

En esta tarea diaria, con guardias semanales de 24 horas. Como humanos se cansan, a veces pueden sentir el deseo de decir ¡basta!

Eso les consultamos ¿ocurren esos momentos? ¿Cuándo? Y nos respondieron.

A veces por la falta de personal, algunas veces cuando tu trabajo de enfermera no es valorado, no es reconocido y sobre todo en las injusticia digo ¡no quiero seguir aquí! pero es lo que elegí, cuidar a los demás. Muchas veces las situaciones estresantes llevan a decir basta.

Sinceramente es un lindo servicio pero he llegado a decir basta por algunas personas que crean un ambiente feo de injusticias, competencia, conflictos.

Me canso pero me gusta hacer lo que hago nunca se me cruzó en la cabeza decir basta.

Por supuesto que me canso, pero decir basta no está en mi pensamiento. Muy pocas veces me canso y cuando tengo ganas de decir basta miro al cielo y pido ayuda para seguir.

Las enfermeras, como vimos son servidores de la sociedad y así lo sienten. Le demandamos cuidado pero ¿qué necesitan para sentirse cuidados por nosotros? Aquí sus pedidos: Confianza, empatía, acompañamiento y entendimiento y comprensión con los trabajadores de la salud, no ser juzgada, que comprendan que soy humana y que puedo cometer errores, que no soy una máquina. Que la sociedad y el estado reconozcan la labor incansable de nuestra profesión. Más conocimiento sobre los cuidados en el embarazo y también en la prevención del mismo. Reconocimiento de quienes nos remuneran, no tienen en cuenta cuan esencial es nuestro trabajo. Que sean más responsables al momento de la gestación, cuidarse y tener todo los controles para no tener hijos prematuros. Que conozcan más las complicaciones y riesgo que tienen los bebés cuando nacen prematuros para que tengan conciencia y controlen su salud y embarazo.

Como estamos en época de Navidad y la Neo es un lugar en donde nacen y se cuidan niños quisimos saber qué parecido le encuentran con Belén, el lugar en donde nació Jesús.

Es el inicio de la vida. Es un lugar de contención donde hay diferentes historias. Que se entrecruzan en el lugar con la esperanza de poder llevar sus niños a casa, y cada uno muestra la esperanza de poder salir adelante, para escribir sus historias. Cada alumbramiento es como el Nacimiento de Jesús. Belén se parece en el nacimiento de cada uno de los niños y el milagro que se realiza en cada uno de ellos. En cada nacimiento de un bebé renace nuestra fe en Jesucristo, cada nacimiento es una nueva navidad, cuando nacen enfermos no es lo más querido por la familia, pero siempre con la misma esperanza, compasión y empatía para que cada uno de nuestros pacientitos salgan de Neo y llenen de bendiciones cada uno de sus hogares.

¡Gracias por la entrega y el testimonio!