Mons. Braida: Para prevenir la Droga apostemos a Redes Solidarias de Corazones e Instituciones

0
315

En la Jornada de lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas Monseñor Braida presidió la Misa en la Catedral de La Rioja 

Aquí compartimos su Homilía:  

ANTE EL FLAGELO DE LAS DROGAS:

HAGAMOS REDES SOLIDARIAS DE CORAZONES E INSTITUCIONES

Homilía Mons. Dante Braida. Iglesia Catedral de La Rioja 26/06/2024. Textos bíblicos: 2Re22, 8. 10-13; 23, 1-3// Mt 7, 15-20

Querida comunidad aquí presente en este “Día de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.”  Queridos miembros de la Pastoral de adicciones y de distintos espacios sociales, hoy estamos reunidos por que tenemos esperanza y confiamos que una propuesta diferente es posible. Una propuesta llena de vida, amor y compromiso sostenido.

Nos unimos a distintos eventos que hoy y en este momento se están llevando adelante para concientizar a la sociedad de este gran drama que nos aqueja y destruye. Cada uno de esos eventos hoy es un signo de esperanza.

El tema de este año para esta Jornada es: La evidencia es clara: debemos invertir en prevención”.

El árbol se distingue por sus frutos

El Evangelio nos invita a tener en cuenta los frutos de nuestras acciones: “todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos”. A su vez nos invita a cuidarnos de los falsos profetas. Aquellos que te proponen un camino de felicidad que en realidad te terminan haciendo daño. Por los frutos de sus acciones se conocen a los que proponen un buen camino y el que no. En las primeras comunidades cristianas había quienes proponían un camino de seguimiento de Cristo sin un compromiso concreto con el prójimo y con los más pobres. Un camino podríamos decir ‘desencarnado’.

Hoy cuando vemos personas que han perdido el sentido de la vida, que no responden con conciencia por sus actos, que sufren accidentes, que roban y matan por estar sumidos en consumo de sustancias adictivas vemos allí frutos malos que surgen de recorrer un camino que, aunque parecía agradable, era una verdadera trampa que acaba con sus vidas.

Cuando vemos cómo el narcotráfico avanza en muchos países comprobándose su “capacidad de infiltrar y corromper los poderes del Estado, las policías, las fuerzas armadas, los medios de comunicación, las empresas, en definitiva, todas las instituciones de la democracia. Cuando a su paso han tomado territorios enteros para su propia producción, ha organizado ejércitos propios y sistemas violentos para el control de los territorios, así, la vida de un pueblo está amenazada o sometida a poderes que se organizan para delinquir y destruir.”[1]

Ante estas realidades no podemos permanecer indiferentes. La indiferencia sería otro fruto malo que hace daño y permite que esas redes criminales crezcan y se destruyan sociedades enteras particularmente las nuevas generaciones.

Apostar a un nuevo camino que dé buenos frutos.

Hoy necesitamos apostar a un nuevo camino, al de la escucha, la comprensión y el compromiso concreto ante quién está atrapado en el mundo de las drogas. Ante una sociedad amenazada por el mundo narco.

Hoy, nos duele ver a tantos jóvenes que han deteriorado sus vidas con el consumo de sustancias, a familias que se han arruinado por completo por esta misma causa. Pero queremos estar de pié, queremos seguir caminando aunque lo que hacemos parezca poco.

Por eso hoy valoramos todo lo que se está haciendo para enfrentar esta verdadera pandemia que azota la humanidad entera y nuestra región también.  Valoramos:

  • Que haya personas que se animen a un cambio y se dejan ayudar para superar una adicción, es un fruto bueno; cuando hay una familia que se compromete para ayudar a un familiar a salir del consumo, eso es un fruto bueno:
  • Cuando hay grupos que se forman para asistir una persona en consumo, es otro fruto bueno;
  • Cuando esos grupos se reúnen para formar una red más amplia de colaboración mutua para enfrentar esta realidad, eso, un fruto muy bueno. Porque el bien y la caridad organizada es mucho más eficaz.
  • Cuando los gobiernos, el sistema judicial y legislativo se comprometen a fondo para frenar el ingreso de drogas y el narcotráfico, es un buen fruto.
  • Cuando las Iglesias, forman comunidades cercanas, comprometidas en acompañar procesos de cambios y transformación de vidas es un fruto bueno e indispensable.

Por esto, apostemos a hacer REDES SOLIDARIAS DE CORAZONES E INSTITUCIONES.

No nos arrodillamos ante el mal. Nos arrodillamos solo ante Dios, para recibir su Palabra dadora de vida y, desde allí, animarnos a una alianza con Él y entre nosotros que es conducida por el mismo Señor. Como lo expresaba la primera lectura, todo un pueblo se conmueve y compromete con Dios cuando escucha su Palabra proclamada por el profeta.

Se trata de escuchar a Dios, orar y al mismo tiempo trabajar sin demoras para ayudar a un cambio social, venciendo todo tipo de indiferencia y alentando a nuevos espacios de contención, prevención y ayuda.

Se trata de capacitarnos para generar comunidades más inclusivas e integrar socialmente a las personas y los barrios más postergados y desprotegidos.

Palabras del Papa Francisco

Finalmente les comparto las palabras del papa Francisco, pronunciadas en este día, que nos alientan a trabajar unidos y con esperanza. Nos dice Francisco:

“Una reducción de la dependencia de las drogas no se consigue liberalizando su consumo –esto es una fantasía-, como se ha propuesto, o ya se ha aplicado, en algunos países. Se liberaliza, y se consume más. Después de haber conocido tantas historias trágicas de toxicodependientes y de sus familias, estoy convencido de que es un deber moral acabar con la producción y el tráfico de estas peligrosas sustancias. ¡Cuántos traficantes de muerte hay – porque los traficantes de drogas son traficantes de muerte -, impulsados por la lógica del poder y del dinero a toda costa! Y esta plaga, que produce violencia y siembra sufrimiento y muerte, exige un acto de valentía por parte de toda la sociedad.

La producción y el tráfico de drogas también tienen un impacto destructivo en nuestra casa común. Por ejemplo, esto se ha hecho cada vez más evidente en la cuenca amazónica.

Otra vía prioritaria para contrarrestar el abuso y el tráfico de drogas es la prevención, que se hace promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida personal y comunitaria, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro.

En mis viajes a diversas diócesis y países, pude visitar varias comunidades de recuperación inspiradas por el Evangelio. Son un testimonio fuerte y lleno de esperanza del compromiso de sacerdotes, consagrados y laicos para poner en práctica la parábola del Buen Samaritano. Del mismo modo, me reconfortan los esfuerzos emprendidos por varias Conferencias Episcopales para promover una legislación y unas políticas justas por lo que se refiere al tratamiento de las personas drogodependientes y a la prevención para frenar este flagelo.

Queridos hermanos y hermanas, ante la trágica situación de toxicodependencia de millones de personas en todo el mundo, ante el escándalo de la producción y el tráfico ilícitos de estas drogas, «no podemos ser indiferentes. El Señor Jesús se ha detenido, se ha acercado, ha curado las llagas. Siguiendo el estilo de su proximidad, también nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante las situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y traer de vuelta a una vida nueva a quienes caen en la esclavitud de la droga». Y recemos por los criminales que proporcionan drogas a los jóvenes: ¡son criminales, son asesinos! Recemos por su conversión.[2]

A todos los que trabajan por un mundo más justo y libres de drogas. ¡Fuerzas y adelante! Unamos corazones e instituciones para hacer una red más fuerte que el mal y que la muerte. Redes de Vida y Esperanza, Redes de amor y compromiso alegre.

Nuestra madre la Virgen, San Nicolás y los Beatos Mártires nos acompañan e interceden por nuestras intenciones y por nuestras buenas obras. ¡Bendiciones y mucha paz! ¡Adelante!

[1] Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) Mensaje. 26 de junio de 2024

[2] Papa Francisco. Audiencia General 26/06/2024