María, Madre de Dios, camina y cabalga con nosotros

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Las cabalgatas de la Virgen del Valle de Los Colorados

Producción y Edición: Área Pastoral de Comunicación y Prensa Diócesis de La Rioja

En el 2020 se celebró el Año Mariano Nacional en conmemoración de los 400 años de la aparición de la Virgen del Valle en Catamarca. La devoción a la Morena del Valle  está muy arraigada en el corazón del pueblo riojano. Es por eso que en octubre de ese año Monseñor Dante Braida nombró a Nuestra Señora Del Valle Patrona de la Sierra de Velasco y Protectora de su Ecología Ambiental, sabiendo que Ella sabe custodiar e interceder por nuestros cerros para que la naturaleza siempre nos hable de la belleza de la creación de Dios.

Sobre la Ruta 74 a 100 km de La Rioja, frente a la puerta del pueblo de Los Colorados se encuentra un predio al pie del Velasco llamado Campo Santo. Allí se construyó la gruta de la Virgen que custodia la montaña.  

Cada 9 de diciembre la comunidad de la Virgen del Valle de Los Colorados va a buscarla a caballo y la lleva a la capilla del pueblo para celebrar su fiesta. Lo original es que la Virgen cabalga en su propio caballo y se deja llevar hasta donde sus hijos la llamen.

David y Ángel de Los Colorados, junto a Willy de Patquía nos cuentan este peregrinar junto a María.

 David toma la palabra: Yo le hice una promesa a la virgen del Valle, patrona de Los Colorados. Como joven emprendedor veía que había cosas que se estaban dejando de hacer, los jóvenes no tenían interés por llegarse a la Iglesia, pensaba y repensaba cómo hacer para que los jóvenes vuelvan a la fe, tengo 28 años.

En la Iglesia hay cosas que no concuerdan con los jóvenes, lo veía en mi pueblo, en mi departamento. Andando en las fiestas patronales veía que los alférez son toda gente grande, de edad, lo mismo que en las misas, no había jóvenes, yo tenía 20 años. Le hice una promesa a la Virgen que consistía en que me ayudara, me diera la fuerza para atraer a jóvenes a través de las cabalgatas, veía que no estaban en las misas pero lleno de jóvenes a caballo que buscaban lucirse, pero de fe nada, le pedí a la Virgen que me dé fuerzas para convencerlos, empezando por mi pueblo y de a poco se fue dando. La promesa era que si me daba ideas iría cabalgando a Patquía y Ella en su caballo. De ahí también empezamos a ir pueblo por pueblo para que la gente nos vaya conociendo, yo aprendí un montón de cosas y los jóvenes se fueron acercando a la fe.

En los primeros 5 años de promesas fueron muy duros. En el tercer año fuimos un grupo de 15, 17 jóvenes y nos tocó que la mayoría estaba sin trabajo, sin un peso, ese año fue el primero de la imagen peregrina. Yo siempre le hablo, le pido cosas como a una mamá. Le pedí que me ayude a hacer la cabalgata, que todo salga bien. Llegamos a Patquía y nos esperaba la gente con comida, bebida, era impresionante como salía la gente y nos esperaba. Yo siempre le digo a los chicos que tengan esa experiencia de entrar con la Virgen porque es ahí en donde se siente el cariño a la Virgen, el modo en que los que la ven lloran y se emocionan, el modo como llega al corazón. Al llegar a la casa de mi abuelo que es donde queda la imagen se me acerca una señora de nombre María que es muy participativa de la parroquia y me pregunta te molesta si hago algo por ustedes, se reunió con toda la gente y recolectó dinero, juntó 7000 $ que era una barbaridad . Me regaló un cuaderno para escriba la historia y la plata, yo no la quería recibir y me dijo que no era para mí sino para los animales, sabiendo que necesitan comer y también comida para los que no tiene trabajo. Siempre nos hemos manejado con lo que hacemos en el día a día.

Después del tercer año yo venía de la capital y me senté en el colectivo al lado de un señor que es Willy. Él conocía a mi familia pero nosotros dos no. Yo lo conocía a él porque su hija fue mi compañera de colegio, empecé a contarle que me interesaban las cabalgatas y él también solía andar a caballo. El cuarto año de la cabalgata él se iba a sumar y se enferma grave y no puede venir. Y con los chicos prometimos ir al Cerro Blanco, a las patronales de San Antonio y hacerla llegar allí a la Morenita para que él se cure. Pasaron 15 días de que volvimos, estaba muy grave y se curó.

Y desde ahí siempre anda con nosotros. Es un amigo fiel.

Cuando hacemos las cabalgatas llegamos un día antes de la Fiesta a conocer desde adentro las comunidades que llegamos, para estar presente en la última noche de novena. Llegamos y nos ponemos a disposición de la gente que organiza, limpiando, acomodando cosas, nos ponemos al servicio como lo hace la Virgen.

Después de este tiempo y con la compañía de muchos jóvenes nuestra Morena del Valle, recorrió 1780 km.

Ángel, su hermano nos cuenta que tiene 2 caballos, mansitos y petisos para que la gente pueda llegarse y tomar gracias. Desde julio salen a las patronales de Cerro Blanco, en agosto van a Patquía a la fiesta de Santa Rosa, en septiembre Ceferino en la Estancia El Ciénego, en octubre en Amaná y en diciembre en nuestra tierra de Los Colorados.

También la llevamos a la casa de la gente que lo pide y la dejamos 4 o 5 días. Durante las cabalgatas rezamos, charlamos con los jóvenes vamos aprendiendo en el camino, compartimos un mate, hablamos del caballo de su cuidado y terminamos hablando de la vida.

David, Ángel y su amigo Willy nos dejan este mensaje final que es el sentir de los 3:

Más que nosotros llevar a la Virgen, la Virgen nos lleva a nosotros.

María nos enseñó y nos hizo ver muchas cosas, cuales son los caminos por donde debemos andar. La hablamos, le preguntamos, la escuchamos.

No hace falta para tener cierta edad para compenetrarse con la fe, siempre es bueno el tiempo para acercarse a la fe y a María. El principal mensaje es confiar en Ella, es una mamá. La fe en la Morena es todo.

La Morena del Valle que no sólo camina, sino que también cabalga con nosotros.