Lucas Nazar: «El Evangelio mismo es mi brújula»

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Lucas Nazar

Este domingo 24 de julio, junto a la conmemoración de un nuevo aniversario del Beato mártir Wenceslao Pedernera, el seminarista nonogasteño, Lucas Nazar, quien actualmente se está formando en la ciudad de Córdoba, recibirá la admisión a las Sagradas Ordenes, a las 11:30 horas en Sañogasta. Te invitamos a conocer su testimonio:

Lucas Nazar

Sinceramente no tengo una frase bíblica concreta como brújula. Pero si me pasa que en determinadas ocasiones en donde tengo que decidir o actuar recuerdo pasajes o palabras del Evangelio que me iluminan u orientan. En cierto sentido el evangelio mismo es mi brújula.

Me considero una persona observadora, lo que me lleva a observar muchas actitudes, gestos, modos de actuar sobre todo de sacerdotes y todos de alguna manera (los que voy conociendo) me enseñan y forman, pero admirar alguno aún no me pasa. Pero si admiro mucho por sus valores, calidad de vida y entusiasmo a mi hermana, una religiosa y un profesor, a pesar de las diferencias de edades, de ellos quiero seguir sus pasos.

¿En qué consiste la admisión?

Si bien la admisión es un paso por medio del cual el seminarista es admitido a las ordenes consagradas, es de suma importancia porque implica un momento en el cual uno se detiene, semejante a un mirador de esos que te encontrás cuando vas subiendo una cuesta o quebrada, que te detenés por un instante para contemplar el inmenso paisaje, pero el camino sigue, pero aquí en vez de contemplar paisajes contemplas un proceso en el cual estuvo la mano de Dios y te maravillas por todo lo que hizo en vos y ves también las personas que puso en ese camino, es increíble, y querés que todos formen parte de estos primeros pasos. Vivo este paso así, consciente de que el camino sigue, pero me detengo para dar gracias y concretar firmemente este llamado.

Por último, Lucas nos deja un mensaje a los jóvenes: A ellos les diría: ¡No están solos! aunque lo sintieran, ¡No están solos!

A pesar de mi edad y los años de formación para el sacerdocio, me costó mucho darme cuenta de eso, esto me llevó muchas veces a renegar de mis orígenes, dejarme llevar por mis sentimientos negativos y autoflagelarme con palabras hirientes, sin embrago, ciego como estaba, sin darme cuenta siempre hubo un rostro, y hoy puedo dar fe de eso, pero en ese momento me habló y no escuché e incluso rechacé, y a pesar de todo estuvo ahí. Por eso me animo y me atrevo a decirles que ¡no están solos! Que se animen abrir los ojos y verán mucho más de lo que sienten.

Acompañamos con la oración a Lucas en este gran paso que dará en su camino de formación sacerdotal.