Los Religiosos constructores y protagonistas de los 90 años de la Diócesis

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La Ciudad de todos los Santos de la Nueva Rioja nació con la presencia de religiosos varones: los Dominicos, los Franciscanos, los Jesuitas, los Mercedarios. Con el tiempo llegaron otros y la primera Congregación femenina fue la de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús quienes llegaron en 1891. 

Monseñor Angelelli con las Hermanas del Divino Maestro, entre ellas las Hnas Clara, Águeda y Cleo

Se sumaron varias más que aportaron sus carismas a la Diócesis y caminaron y caminan junto al Pueblo de Dios en distintas pastorales.

Con la colaboración de Julio César Salvidio hacemos memoria agradecida a ellos con la recreación de un reportaje a la Hna Clara Romero, de la Congregación del Divino Maestro y al Padre Antonio Gil, sacerdote irlandés, de una congregación misionera. Ellos particularmente fueron protagonistas de la época de Monseñor Enrique Angelelli.

Nos dice la Hna Clara: “El carisma propio de las Hermanas del Divino Maestro es el conocimiento y amor de Jesús, el Jesús Maestro y darlo conocer sobre todo a la mujer. “En ese tiempo (el de Angelelli) vivíamos momentos de mucha efervescencia en la Iglesia, por el Vaticano II, por Medellín, nosotros queríamos ir a algún lugar donde ser una presencia y un aporte. Nos enteramos que Monseñor estaba en una comisión episcopal que se ocupaba de ver las necesidades pastorales del país, le pedimos una entrevista, él nos ubicó en la realidad, nos habló de la Rioja y, finalmente nos invitó a ir al Rioja”.

“Quisiera que realmente se descubra a ese pastor comprometido con su gente y preocupado por los más débiles, y muy valiente también por denunciar las injusticias y por eso fue perseguido”

“Pasaron muchos años para que fuera reconocido que fue asesinato, no solamente de él sino de los dos sacerdotes de Chamical, sino del laico, Wenceslao Pedernera, y me alegro que la iglesia haga este reconocimiento, hacía mucha falta que la iglesia lo reconociera”.

Palabras del Padre Antonio Gil:Soy de congregación misionera, y el Papa Juan XXIII, pidió a cada congregación de mandar sacerdotes a Latinoamérica, y nosotros vinimos a Argentina y fui a La Rioja porque conocía a Monseñor Angelelli en Córdoba, y cuando fui a la Rioja quise participar de su tarea pastoral.

Estuve misionando durante seis años, conocí muy bien el carisma y la impronta de la vida pastoral del Obispo. Durante aquel tiempo el gobierno comenzó a detener a los sacerdotes, a mí, al Padre Eduardo Ruiz, al Padre Praolini, al Padre Inestal su vicario general, Angelelli fue a la policía Federal y se ofreció como preso para conseguir que me dieran la libertad.  Él estuvo dispuesto a quedar en la cárcel, escribió una carta muy linda a mi madre solidarizándose, hubo un gran amor a las hermanas, a los padres, y a los laicos, a su pueblo”.

“El ejemplo y la vida de Monseñor Angelelli tiene un mensaje muy importante para nosotros, y para toda la iglesia, me recuerdo que el obispo de Recife, en Brasil, Monseñor Helder Cámara, dijo: “Cuando doy pan a los pobres, dicen que soy santo, cuando pregunto, porque son pobres, dicen que soy comunista”, pasó lo mismo con Monseñor Angelelli.”

¡Gracias a tantos hermanos y hermanas que por amor a Jesús dejan su vida andando como Pueblo de Dios que peregrina en La Rioja!