Los Padres Franciscanos en la Rioja

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Fray Nicolás Pugliese
La Orden Franciscana, desde su fundación en 1221, llevó la evangelización y la cultura prácticamente a todo el mundo ya que su actuación la encontramos en todos los continentes. Alguien dijo que su fundador, San Francisco de Asís, ató al mundo con su cordón; alegoría que podríamos afirmar, se convirtió en realidad.
Nuestra Patria no escapó a ello porque bien sabemos que el religioso misionero franciscano acompaño tanto al descubridor del nuevo mundo como a los conquistadores. La civilización nos vino por mar y tierra. Por el sur cuando la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de los Buenos Aires; por el norte, cuando se funda el antiguo Tucumán cuya capital era la actual ciudad de Santiago del Estero a donde llegaron los conquistadores y misioneros franciscanos procedentes de Lima, Perú.
A principios del año 1591 una caravana compuesta por unas 56 familias de españoles radicados en el antiguo Tucumán, partió desde Santiago del Estero, al mando de Juan Ramírez de Velazco, en carretas y arreando unas cuatro mil cabezas de ganado y fundan el 20 de mayo de 1591 la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja, celebrando la primera misa un franciscano. Tardan en llegar al lugar elegido, unos dos meses, a donde fueron atraídos por la fama de las minas de oro.
En el reparto de tierras y de acuerdo a un mapa existente en el Museo Inca Huasi, asigna a los misioneros llegados o por venir, una “quadra” o manzana para establecerse, cuyos solares ocupan las cuatro Órdenes religiosas: Mercedarios, Domínicos, jesuitas y Franciscanos; los Jesuitas desaparecen cuando son expulsados en 1767, cuya residencia fue la manzana donde se encuentra actualmente el colegio nacional. Sin embargo existen noticias, como la que manifiesta el Padre Bernardino Iraguirre, que los franciscanos habían llegado a la región en 1590.
Si bien no consta la fecha fija en que los franciscanos llegaron a La Rioja, la misma podemos establecerla muy cerca de la fundación habida cuenta del siguiente dato histórico: hacia fines del XV, es nombrado Custodio o Superior de las Provincias del Río de la Plata, el entonces misionero y actual santo, Francisco Solano, quien a la sazón residía en Lima. En su condición de Superior, periódicamente debía visitar las casas o conventos ya fundados, es así que, en cumplimiento de su oficio, a principio del año 1593 parte de Santiago del Estero hacia la ciudad ya fundada de La Rioja, a los efectos de visitar a la porción de la familia franciscana venida con anterioridad, de lo cual se deduce que, para esa fecha, los franciscanos ya se encontraban en la ciudad.
Durante su estadía, tiene lugar el gran milagro de la conversión al cristianismo de los aborígenes de las tribus diaguitas el 15 de abril de 1593 (día de Jueves Santo), un hecho milagroso que cambia el rumbo de la finalidad de la conquista: lo que no pudo la espada, con creces lo pudo la Cruz. Porque, prácticamente, se puso fin a los ataques y discordias indígenas hacia los españoles. En esa fecha por el descontento que tenían los aborígenes, estaban a la puerta de la ciudad en la zona de La Quebrada, 9000 indígenas, capitaneados por 45 caciques, según consta en el proceso de canonización del Gran Apóstol de “los indios”, San Francisco Solano. Cupo así a La Rioja el privilegio de ser elegida por Dios para un acontecimiento histórico – religioso bien conocido por los riojanos pero quizás ignorado para el resto de los argentinos. Según la tradición, este acontecimiento es el punto de partida para la devoción al Niño Alcalde, tan arraigada en el pueblo.
Históricamente consta que San Francisco Solano, en sus correrías apostólicas, siempre predicaba ante una imagen del Niño Jesús, y así lo hizo ante los indígenas sublevados en La Rioja, quienes indignados contra los españoles y habiéndoles cortado el agua que les llegaba desde la montaña, no cesaban en sus ataques, la población estaba casi cercada. El entonces alcalde o gobernador, en un intento desesperado por salvar la ciudad y siendo impotentes los españoles de defenderse, ya que contaban con 56 hombres, únicas fuerzas armadas, se dirige al Convento de San Francisco y solicita salga el religioso para aplacar la furia de los indígenas sublevados. Lo hace Francisco Solano que, como dijimos, se encontraba de visita en el convento. Decidido, con su confianza puesta en Dios y llevando, no una espada en forma de cruz, “sino una Cruz en forma de espada” como única arma, los enfrenta. ¿Qué sucedió? Los aborígenes depusieron su ferocidad, los instruye en religión y los bautiza. ¿Cómo hizo para hacerse entender si los aborígenes hablaban otras lenguas? Ello fue posible únicamente por un milagro que consta en el proceso de canonización o sea, para declararlo oficialmente “Santo de la Iglesia Católica”. Al predicarles el Evangelio, como dijimos, ante la imagen del Niño Jesús, les debió explicar: quien obedece a Dios (ya se habían convertido) obedece al alcalde o gobernador (autoridad humana). Entonces, viste a la imagen del Niño Jesús con los ornamentos o vestimenta del alcalde (capa, penacho y vara doctoral), es declarado “Alcalde de la Ciudad” y nace así la devoción al NIÑO JESÚS ALCALDE.
Nuestro interés es hacer conocer a los riojanos – por si aún hubiere alguno que lo ignore – de una manera fehaciente, la actuación franciscana en esta tierra en pro de la cultura. Pero como la religión también es cultura, aportamos otros datos para afianzar lo que dijimos sobre el Niño Jesús Alcalde y uno de ellos es muy significativo: en el Cuzco (Perú), también se venera al Niño Jesús Alcalde desde tiempo inmemorial, entonces, San Francisco Solano, o de allí trajo a La Rioja esta devoción o de aquí la llevó allí a su regreso ya que, aceptada su renuncia al cargo de superior, vuelve a Lima en donde muere el 14 de julio de 1610.
La imagen del Niño Jesús Alcalde que en la actualidad se venera en la Iglesia San Francisco de La Rioja, fue donada a la comunidad franciscana en el año1915 por la familia de Severo Barros que la recibió de sus antepasados. ¿Por qué la poseía una familia y no quedó en el Convento franciscano luego del milagro de la conversión indígena? Podemos suponer, entre otras posibilidades, de que cada familia poseyera o venerara en su hogar la imagen de un santo protector, tal como se practica aún en algunas familias en la actualidad y que da a lugar a lo que popularmente se llama “el misachico”
Lo anteriormente expuesto es una reseña de la larga actuación de la orden franciscana, que hoy continúa firme en La Rioja a través de la labor de los frailes. Se manifiesta en el Colegio San Francisco, fundado en 1618. En la Banda Infantil, fundada en 1944. En el Museo Inca Huasi, fundado en 1926. En Las Padercitas, con su parroquia, Templete y Calvario, de mucha atracción turística y símbolo de la ciudad de La Rioja. Así como en todas las acciones que se realizan, en las fiestas religiosas de agosto y en el Tinkunaco de fin de año.