Los colores de la Asamblea Diocesana

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Los colores de la Asamblea Diocesana

Esta es la primera de una serie de notas referidas a este encuentro
Producción: Teresita Barredo, TinkuRed parroquia Espíritu Santo

Durante el sábado 5 de noviembre, el Colegio Pío XII de la ciudad de La Rioja fue el Corazón de la Diócesis.

Allí se unieron todos los caminos que en cada comunidad se hicieron en este tiempo de andar sinodal. Esos caminos que buscaron nuevos rumbos.

¡Y los encontraron!

La palabra Asamblea puede sonar descolorida, estática y más si decimos a nivel estadístico que participaron 188 personas.  Si a esos 188 los miramos desde sus lugares de participación, de misión, de peregrinar, en fin de pueblo que camina y que quiere seguir creciendo, todo cobra color.

La imagen peregrina de San Nicolás junto a las reliquias de los Beatos Mártires presidieron el encuentro.

Los 188 participantes, 105 mujeres y 83 varones, llegaron 111 de la misma ciudad de La Rioja y 77 de lugares un poco más o menos distantes como: Los Sauces, Chamical, Aimogasta, Chepes, Ullapes, Sanagasta, Anillaco, Olta, Anguinan, Malanzán, Famatina, Chepes, Patquía, Malligasta, Nonogasta, Villa Unión. Pagancillo, Villa Castelli, Tama, Punta de los Llanos, Chilecito. Todos representando a su gente y a sus patronos y haciendo vida la presencia de la Virgen en sus comunidades. 94 participantes venían de parroquias y 55 de movimientos y área pastorales.

Mucha riqueza para ofrecer, compartir y sembrar entre los  149 laicos, 9 religiosos, 3 diáconos permanentes, 1 transitorio y 26 sacerdotes.

Abrió la asamblea el Padre Dante, nuestro Obispo quien dio la bienvenida y agradeció la presencia de todos y el trabajo realizado a nivel de cada comunidad y animó a profundizar el camino andado.

Seguidamente cada decanato y área de pastoral expuso la reflexión que hicieron sobre las luces, las sombras y las propuestas de nuestra Iglesia Riojana. Coincidencias y disonancias hablaron de una Iglesia viva y comprometida con cada una de las realidades.

El Teólogo laico Oscar Campana iluminó la cosecha de este andar recalcando la comunión que nos viene del Bautismo que constituye nuestra única dignidad. Invitó a ver más allá de las cosas que no aparecen, de atender las tensiones que aparecen entre las luces y las sombras como por ejemplo: somos Iglesia Familia y a la vez sentimos que falta un diálogo sincero, somos Iglesia en salida y reconocemos indiferencia y falta de compromiso.

Por la tarde se siguió trabajando por grupos en donde todos concluyeron en que los jóvenes deben ser la prioridad en nuestros pastoreos. Recibirlos como vienen, ir a buscarlos a sus espacios de encuentro, proponerles el encuentro con Jesús, acompañarlos, escucharlos. Así mismo cada espacio de pastoreo presentó planes concretos de acción para continuar el camino sinodal.

Finalmente celebramos la Eucaristía. El Padre Dante en su Homilía insistió en seguir el llamado de Jesús a salir y hacer que todo el mundo sea su discípulo enseñando todo lo que Él nos enseñó. Fue una misa de envío, de llevar con la vida nuestra identidad como cristianos, un llamado a evangelizar.

Así nos despedimos los 188 que participamos con el deseo de pintar con los colores de la Oración, la Fraternidad y la Misión a nuestras comunidades a veces tentadas por las sombras o con incertidumbre por los desafíos. El corazón de la Diócesis que latió fuerte ese sábado le dio vida al camino que sigue.