La hermandad de la misión

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En su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2022, el Papa Francisco nos alienta a que todo bautizado está llamado a la misión en la Iglesia y bajo el mandato de Iglesia. La misión por tanto se realiza de manera conjunta, no individualmente, en comunión con la comunidad eclesial y no por propia iniciativa.

En los primeros meses del 2020 llegaron a la diócesis de La Rioja una comunidad de misioneras de la arquidiócesis de Mendoza, provenientes de la comunidad de Nazareth y del programa Ad Gentes. Con gran entusiasmo y animadas por el Espíritu de llevar la buena noticia de Jesús que nos invita a ser hermanos compartiendo la vida en lo cotidiano se establecieron en la localidad de Chepes en la parroquia Inmaculada Concepción.

Actualmente Analía, oriunda de la provincia de Mendoza, misionera del programa Ad Gentes, nos comparte: “Llegué a la cuidad de Chepes en el presente año, vivo en la comunidad de María de la Paz, donde está inserta la casa misionera, estoy a cargo de la Catequesis de Primera Comunión. La misión que llevo a cabo consiste en acompañar la coordinación de la Catequesis de Primera Comunión, a horcones de algunas comunidades que necesitan animar a la comunidad, ayudar en el servicio del consuelo, de Cáritas, de Catequesis y del coro parroquial”.

Su paso por La Rioja no le es insignificante, si bien lleva algunos meses, su presencia enriquece a toda comunidad, sigue llevando adelante la misión en todas las comunidades de la localidad con la biblia bajo el brazo visitando casa por casa dedicando todo su tiempo a la misma. Si bien su servicio y testimonio son claves, la diócesis por su parte alienta y acompaña, nos comparte al respecto: “Me alienta a orar siempre sin desanimarme, a tener un oído en el pueblo y a compartir en fraternidad”.

Finalmente, nos regala un mensaje de aliento para seguir caminando: “Comunidades, anímense a ser los predilectos de Cristo trabajando unidos siempre en el diálogo y en el servicio desde la caridad”.

En este contexto el Papa nos comparte que cuando nos sintamos cansados, desanimados, perdidos, acordémonos de acudir al Espíritu Santo en la oración siempre, que nos dejemos reconfortar y fortalecer por él, porque tiene un papel fundamental en la vida misionera.