Juicio por el esclarecimiento del asesinato de Wenceslao Pedernera – Quinta Jornada

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A las 9.30 se constituyó el tribunal y con la presencia de los abogados de la querella y de la defensa quien informó que el acusado Ernesto Abelardo Britos no iba a estar presente pero que prestaba el consentimiento para la realización de la audiecia. De este modo se dio inicio a la audiencia del viernes 2 de junio. La próxima audiencia será el 8 de junio a las 9 hs. en donde atestiguará el sacerdote Roberto Queirolo.

En esta audiencia declararon el sacerdote Miguel La Civita y Álvaro Raúl Illanes.

Miguel Ángel La Civita

Principales frases de su declaración:

  • . Conocí a Wenceslao Pedernera en distintos encuentros, reuniones en tiempos del Obispo Angelelli. Eran tiempo difíciles de mucho control de los servicios de inteligencia, se veían vehículos que vigilaban en lugares en donde no había tránsito que buscaban amedrentar y controlar a la gente de la zona. En los puestos nos revisaban todo, hasta debajo de los asientos del auto. En Chañar el gendarme le pidió perdón a Angelelli diciéndole que lo tenía que hacer porque su jefe lo estaba mirando. Al obispo lo conocían todos pero todos le pedían los documentos. Una vez le salió una cordobesada y le dijo al que se lo pedía “¿Qué ma’ querí?”
  • Wenceslao tenía un Rastrojero viejo que era una odisea hacerlo andar. Estaba en La Rioja adhiriendo al proyecto pastoral de Angelelli. era un hombre con convicciones profundas, interiores. En el momento de la muerte no se improvisa y menos el «No odien» de Wenceslao, en ese momento se dice lo que se ha vivido.
  • A Wenceslao no le importó la inseguridad porque tenía la convicción de un proyecto. Era callado pero en el mano a mano tenía ideas que defendía con fuerza. Era un hombre de profunda fe.
  • La predicación del padre Plaza en Mendoza le encendió el corazón en la línea de la fraternidad y el movimiento cooperativo de modo que nunca dejó de vivir la fe, de hacer carne en Él la Palabra de Dios. Fue su momento de conversión y tal era su convicción que abandonó la seguridad de Mendoza por esta causa a pesar de los riesgos que tenía.
  • Cuando lo asesinaron un vecino fue a avisarles a los curas que estaban en la Parroquia de Chilecito y encontró allí a policías que los habían ido a buscar. Se salvaron porque estaban refugiados en la casa del Dr. Martínez. Wenceslao tenía una relación cercana, fraterna, de amistad con los sacerdotes.
  • La persecución de las fuerzas de seguridad fue constante. Encontrabas un Falcon verde en cualquier parte, era parte de una persecución para dentro y para afuera de la Iglesia.
  • Angelelli vivió la soledad, el vació que le hicieron sus pares, me duele que la misma Iglesia instaló la idea de que había sido un accidente.
  • La persecución a la Iglesia surgió después del Concilio Vaticano II, no se pueden entender estos asesinatos sin este contexto. Después del Concilio vinieron declaraciones fuertes en la Populorum Progessio, Medellín, Puebla, la manifestación de los obispos del Tercer Mundo, la declaración de San Miguel de la Conferencia Episcopal Argentina. Es una nueva Iglesia que vuelve a sus fuentes, que no impone sino que sirve, no es marxista como decían, sino que es fiel a Cristo y la misión es ser Buena Noticia y crear condiciones más dignas y más humanas y que unos pocos no son dueños del mundo, sino de modo ecuánime. Ésta era la línea de Wenceslao por la dignificación del trabajo y las personas. La Iglesia comenzó a ser inclusiva y eso molestaba, la hizo peligrosa para los poderosos.
  • El movimiento rural era un movimiento de Evangelización nuevo, también el de maestras y fue perseguido, muchos curas y laicos fueron detenidos, otros golpeados. Los poderosos explotaban a los campesinos, les compraban sus cosechas por nada, tenían a la gente sometidos como feudos y la Iglesia comienza a tener injerencia sobre eso. Wenceslao estaba comprometido con su trabajo de la tierra y su trabajo de evangelizar.
  • Chamical con la Base Aérea y Chilecito con la Gendarmería tenían amplio dominio en los servicios de inteligencia y matar o detener gente allí era también golpear el Corazón de Angelelli.
  • El asesinato de Wenceslao ocurrió como Coca y sus hijas cuentan. Yo, Carlos González y Quique Martínez estamos vivos porque Angelelli nos mandó al Colegio Máximo a estudiar porque, la primera casa que allanaron el 24 de marzo de 1976 fue la que vivíamos nosotros en La Rioja. Levantaron hasta las cloacas buscando armas.
  • Pasados los años y cercana a la fecha de los mártires, estaba en Chamical, me amenazaban diciendo que me iba a pasar lo mismo de Angelelli y de los dos curas. Había gente que sabía cosas del asesinato de Angelelli y llegado este tiempo también era amenazada para que no hablara.
  • Lo vivido obligaba a irse de La Rioja y del país, los que nos quedamos vivimos bajo presión. La Iglesia oficial no nos avalaba, teníamos que hablar de testigos, no de mártires, no podíamos usar estolas rojas en las misas. Monseñor Di Stéfano dijo que habíamos politizado la figura de Angelelli.
  • Angelelli fue un padre para mí, me enseñó a amar a La Rioja, tenía autoridad moral para ser un padre. Es el primer obispo que encontré que quería a su gente. Nos decía “escuchen mucho y no jodan tanto”. Las últimas palabras que intercambiamos fue “cuídese Monseñor” y él me dijo”tranquilos, yo no me voy a morir en la cama”.
  • Angelelli tocó puntos bravos de La Rioja: prostitución, droga, juego, explotación y no se lo perdonaron. Ya de Córdoba lo sacaron y lo mandaron a La Rioja porque allá molestaba.
  • Habló con Menéndez sobre la desaparición y persecución de gente. Al terminar la charla le dijo “recemos un Padre Nuestro” y Menéndez le contestó “yo no rezo con subversivos”. Así nos llamaban, subversivos, a los que éramos considerados de avanzada porque tocábamos los intereses liberales de la provincia.

Álvaro Raúl Illanes

Principales frases de su declaración:

  • Me detuvieron en Chilecito el 24 de marzo de 1976, el 26 me trajeron al IRS, lo único que yo hacía era ser presidente de la Juventud Peronista de Chilecito. Desde siempre me torturaron, me pegaron de tal modo que varios días tuve que dormir boca abajo pero esas fueron caricias comparadas a las que sufriría dos meses después con la llegada de Britos a ese lugar. Picanas, golpes, me tuvieron 3 días colgado a una rondana con pequeños intervalos que me dejaban sobre un colchón y seguían pegándome. Lo que ellos querían es que yo me hiciera cargo de cosas de lugares que nunca estuve o no supe, por Ej. asalto a un camión, derribar un avión, toma del Ejército de Catamarca o que diera nombres de personas para implicarlas y yo no lo iba a hacer por mis convicciones, porque no era cierto lo que decían de ellas.
  • Britos es la persona más siniestra y sanguinaria que he conocido, cuando él y su patrulla formada por Vilten, Ledesma y Grillo, estaban de guardia me torturaban todos los días, me sacaban de noche. Se emborrachaban y más sanguinarios eran.
  • Allí llegas a conocer a todos, se agudizan los sentidos, sabes de quién son los pasos, la voz de cada uno. Sólo una vez me dijeron que me iban a matar.
  • En octubre de 1976 trasladan a muchos a Sierra Chica y a mí me dejaron como rehén de Britos, yo era su trofeo, quería hacerme decir cosas que no eran. Pude declarar ante un juez pero la declaración me la tomó un gendarme.
  • Allí comenzó lo peor, Britos me sacaba todos los días, y yo prefería morir antes de implicar a alguien. Sólo tenía miedo que se dieran cuenta de que el soldado que estaba en Tucumán era mi hermano, si le pasaba algo a él era capaz de adjudicarme la muerte de Aramburu por salvar a la familia. Y no sé porqué nunca supieron que éramos hermanos.
  • Britos no tenía límites, me sacaron muelas con pinzas, quisieron violarme con Vilte, Grillo y Ledesma y Britos los incentivaba. A veces no me permitían salir ni a comer, me humillaban siempre.
  • El 25 de marzo del 77 me trasladan a Buenos Aires, ahí Britos dijo a sus superiores que yo era el montonero que había festejado la bomba a los Gendarmes de Tucumán, me identificaba por el color de la ropa. El jefe del Ejército me dijo ¡perdiste! Tenes 10 años de prisión y me dio la mano. Al llegar al avión les dijo a sus subalternos que yo era el autor de la bomba. En ese viaje todos me torturaron, hasta zapateaban sobre mi cabeza. En La Plata me salvó un guardacárcel quien me dejó correr y pude sacarme la ropa y mezclarme entre mis compañeros. Ahí vomitaba sangre.
  • El abogado de la policía en los años 90, me contó que realmente a Wenceslao lo iban a detener y fue Britos quien desoyendo órdenes lo asesinó. También me contaron que la tarde del asesinato de Angelelli un empleado civil de la Base de Chamical salía de trabajar y se cruzó con unos militares que venían en un Peugeot Blanco y bajaban armas, él inocentemente les preguntó ¿vienen de cazar? y ellos contestaron: Sí, un chancho grande.

Terminados los testimonios se informa que el cuerpo médico de la Suprema Corte de Justicia le hará una pericia médica al Sr Ernesto Britos en la cual actuarán como peritos de parte médicos de la Oficina de Derechos Humanos quienes actúan como querellantes.

La próxima sesión será el jueves 8 de junio en donde declarará el sacerdote Roberto Queirolo.