Homilía Misa Votos perpetuos hna Silvina Vargas. Congregación de la Virgen Niña.

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“Tus cinco panes y dos peces ¡los bendigo, doy gracias, y te los doy para que los des! ¡Muchos serán saciados!”

Homilía misa Votos perpetuos hna Silvina Vargas. Congregación de la Virgen Niña.  Iglesia Catedral y Santuario San Nicolás de Bari, La Rioja. 20/07/2024. Jer 23, 1-6;  Ef 2, 13-18; Mc 6, 30-34

 

Querida comunidad diocesana:

  • Con alegría nos reunimos para celebrar hoy la profesión perpetua de la Hermana Silvina Vargas, una hija de nuestro pueblo riojano. Aquí nos acompañan sus familiares, amigos y hermanas de la congregación de la Virgen Niña. Nos acompañan y damos la bienvenida a hermanos de la diócesis de Avellaneda-Lanús que participan junto a su obispo Mons. Maxi Margni.

Vivimos este acontecimiento en  el marco de los 90 años de la diócesis y en este mes de julio marcado por la memoria de los beatos mártires riojanos: mons. Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.

También lo vivimos en el ´día del amigo’, convocados por nuestro Amigo Jesús que también a nosotros nos dice: “Ya no los llamo servidores…; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.”[1] Damos gracias por la amistad de Jesús y también tenemos presente rezamos en esta misa por nuestras amistades.

  • El Evangelio de hoy nos presenta la vida misionera de los Apóstoles junto a Jesús. Vida por cierto muy intensa, de tal modo que “no tenían tiempo ni para comer”. Sin embargo Jesús los invita a un encuentro más íntimo con él: Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”, les dice. La vida de los Apóstoles va creciendo en tiempos de misión y en tiempos de intimidad con el Maestro que los eligió.

Del mismo modo la vocación de la hermana Silvina fue creciendo en una actividad pastoral concreta, con la Infancia y Adolescencia Misionera, en una comunidad concreta: Parroquia Encarnación del Señor, de la ciudad de La Rioja; junto a una familia concreta. En esta vida de servicio conoce a las hermanas de la Virgen Niña y comienza a discernir y luego a seguir este camino vocacional en el que hoy hace su compromiso definitivo.

Hoy damos gracias por esta vocación a la Vida consagrada y pedimos que cada hijo de la Iglesia pueda descubrir y seguir la vocación para la cual Dios los ha creado. Para todos Dios tiene un lugar y una misión. Para esa misión propia Dios nos llama y nos da talentos y carismas para llevarla adelante.

  • Como lema la hermana Silvina ha elegido: “Tus cinco panes y dos peces ¡los bendigo, doy gracias, y te los doy para que los des! ¡Muchos serán saciados!”. Inspirado en el evangelio de San Mateo capítulo 14. Reconoce allí que su vida, sus talentos son un don de Dios, un regalo que se recibe de Él para darlo, para con ellos entregar la propia vida a los demás. En este caso el llamado se realiza en la congregación de las hermanas de la Virgen Niña que nace en el norte de Italia en 1832 siendo sus fundadoras las santas María Bartolomé Capitanio y Vicenta Gerosa. La congregación nace en un contexto de guerras, pobreza y pandemias. Por ello buscará responder a esa realidad con el carisma de la caridad misericordiosa de Jesús Redentor, con la misión de llevar la misericordia de Dios especialmente a los jóvenes de cualquier condición, sobre todo a los más pobres; a los enfermos, a los ancianos, a los marginados, a los que aún no conocen el Evangelio. Siempre siguiendo las huellas misericordiosas de Jesús, como bien lo expresa el evangelio de hoy: “Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.” Luego realizará el signo de la multiplicación de los panes.

La ayuda misericordiosa de Jesús es integral y siempre responde a situaciones concretas de vida. En estos tiempos también descubrimos personas con muchas necesidades que requieren atenciones precisas y cargadas de amor, como manifestación de la ternura de Dios. Es misión de la Iglesia responder a esas situaciones. Para ello este carisma de la Congregación viene a alentar esa misión.

  • Querida hermana Silvina, hoy realizas tu compromiso definitivo a Jesús, en este Instituto abrazando plenamente ese carisma a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia. La castidad: para ser toda de Jesús y en él de todos y para todos; la Obediencia: buscando siempre vivir plenamente la voluntad de Dios; la Pobreza para que, con humildad, puedas entregar la vida a Jesús, siendo él tu única posesión confiando siempre en su providencia.

Para vivir plenamente esta consagración será fundamental cultivar una amistad profunda con el Señor, en la vida de oración, de adoración, de silencio contemplativo, alimentándote por la meditación de la Palabra y la Eucaristía. Como a los Apóstoles en el Evangelio, también Jesús nos llama a nosotros estar a solas con Él, en el desierto. Al mismo tiempo que es esencial vivir intensamente la vida comunitaria y una pertenencia cordial a la Iglesia diocesana donde habites.

Realizas tu consagración definitiva en este tiempo en que estamos buscando fortalecer en la Iglesia su dimensión sinodal. Se trata de caminar juntos reconociendo y valorizando la vida y vocación de cada bautizado, sus particulares carismas y servicios. La Vida Consagrada enriquece notablemente este caminar eclesial sinodal y misionero.

 

  • Si estamos llamados a caminar juntos es para la misión. Para responder al envío misionero de Jesús: “Vayan, vayan por todo el mundo y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”. Es vital que la Iglesia hoy reavive su vocación misionera, ser una Iglesia en salida dispuesta a llegar a todos especialmente a los más necesitados de hoy. Tu vocación, hermana Silvina, se gesta y nace con sello misionero en la “Infancia y Adolescencia Misionera”, que siempre se mantenga vivo en vos esa pasión por la misión, sirviendo donde te toque estar y entregando allí tu vida por los demás.

El testimonio de las santas fundadoras de la Congregación, la entrega generosa de los mártires riojanos, el testimonio de tantos ‘santos de la puerta de al lado’ nos animan a vivir con alegría y fidelidad este tiempo. Todos sabemos del aprecio de mons. Angelelli por la vida religiosa y cuantos carismas se sumaron a la diócesis en aquel tiempo. También sabemos de cuántos consagrados y consagradas que han sufrido persecución por vivir el evangelio. También hay registros de que, en esa época, la congregación de la Virgen Niña tuvo algún servicio en la diócesis. Leemos en el libro de Luis Liberti: “En Consejo Presbiteral de abril de 1972, el obispo [Angelelli] anuncia que las religiosas han constituido un nuevo Equipo Diocesano Coordinador… Además, se enumera la presencia de nuevas consagradas o de próximo arribo: las Hermanas de Virgen Niña seguirán atendiendo el Taller de Anjullón desde Tinogasta y estudian una fundación en la diócesis”[1] Por mi parte les digo que si siguen estudiando esta posibilidad las puertas de la diócesis siguen abiertas.

  • Finalmente agradecemos a la familia de la hermana Silvina, a sus padres particularmente por haberles dado la vida, a todos los que han colaborado con su educación. Gracias a los grupos e instituciones que la han ayudado a madurar como persona y cristiana. Gracias a la Congregación de la Virgen Niña, donde se fue fraguando su vocación. Gracias a las distintas comunidades en las que ha vivido en las distintas etapas del camino, hoy particularmente la diócesis de Avellaneda.

Gracias, sobre todo a Dios que, que con inmensa ternura, de muchos modos y a través de muchas personas, fue modelando esta bella vocación. Y le pedimos a Él que siga dando a los jóvenes de hoy la capacidad de escucha a su llamado y la alegre valentía para seguirlo.

Querida hermana Silvina, damos gracias por el don de tu vida y que por tu parte siempre seas agradecida por este inmenso don que hoy recibes.

Bendiciones y adelante! Así sea.

[1] Jn 15,15

[2] Liberti, Luis Oscar. Mons. Enrique Angelelli, Pastor que evangeliza promoviendo al hombre integralmente. Editorial Guadalupe. 2005. Pág. 332.