Homilía (04 de Abril)

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AMIGOS Y HERMANOS radioyentes: que la paz y la esperanza de Cristo Nuestro Señor llegue a todos ustedes.

SALUDOS: enfermos, ancianos, presos, comunidades parroquiales, Olta y Malanzán, viajeros.

HOMILIA

Después de haber participado en la Asamblea Nacional con hermanos obispos y sacerdotes delegados pastorales de todas las diócesis del país, nos reencontramos, nuevamente, en esta celebración de la Santa Misa Diocesana, que celebramos dominicalmente desde este altar del camarín de San Nicolás. El motivo de esta asamblea ha sido evaluar la marcha del Plan Matrimonio y Familia; programa pastoral que tenemos como meta prioritaria en toda la Argentina.

Hoy, quinto domingo de cuaresma, ya nos indica la proximidad de la Semana Santa. Toda nuestra atención está centrada en ella. A ella nos preparamos más inmediatamente, con la oración, con la meditación de la Palabra de Dios y con el examen de nuestra propia vida. El comienzo de la cuaresma, lo recordamos, se nos dijo: “CONVIÉRTETE Y CREE EN EL EVANGELIO.” Todos necesitamos, en estos momentos que vivimos, tener una gran serenidad de espíritu; humildad de corazón y fortaleza interior, para saber escuchar la Voz de Dios, que nos habla de diversas maneras, también desde lo más hondo de nuestro corazón, para serle fiel y no perder la esperanza en la vida. Con mucha confianza nos llegamos hasta la Cruz del Cristo de esta Semana Santa para des- cubrir mejor el valor redentor de nuestros sufrimientos; para valorar mejor el precio de nuestra esperanza; para comprender mejor el valor de la vida.

Nos dice San Cipriano, obispo y mártir de la primitiva Iglesia que los preceptos evangélicos, no son sino enseñanzas divinas, fundamentos para edificar la esperanza, medios para consolidar la fe, alimento para robustecer el corazón en el amor, guía para el camino, amparo para obtener la salvación eterna.

Los acontecimientos que estamos viviendo en nuestra Patria, con tanta intensidad, nos reclaman que con serenidad y esperanza miremos el futuro. Es una exigencia cristiana. Más allá de los problemas que nos puedan afligir, está la seguridad de la presencia del Señor que teje la vida con nosotros. Por eso dije que sentimos la necesidad de vivir con mucha piedad y recogimiento esta Semana Santa. “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar…” (Sal. 22) “Señor te alabaré con toda mi alma y cantaré tus maravillas…” (Sal. 19). “Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, por en mí un espíritu firme. No me rechaces lejos de tu rostro… presta oído a mis plegarias; no desatiendas mis súplicas, atiéndeme y escúchame…” (Sal 50 y 55). La oración de estos salmos, nos ayudan a prepararnos a la Semana Santa.

Sepamos unir nuestros sufrimientos a la Cruz de Cristo para que se conviertan en purificadores y redentores. No perdamos la confianza en el Señor, que es Padre de todos. Sepamos descubrir todo lo bueno y positivo que hay en nosotros y en nuestros hermanos para ser muy solidarios y con valor cristiano y esperanza seguir construyendo todo aquello que nos haga verdaderamente felices. Soy consciente que no es fácil comprender y aceptar esta actitud; pero es la verdadera; la que aprendemos del Evangelio de Cristo. No permitamos que los rumores, la mentira y la desconfianza se nos meta en el corazón; esto nos hace daño. Aprendamos a discernir bien para no equivocarnos en la vida. Pidamos mucho en esta Semana Santa que Cristo Nuestro Señor nos dé la luz y la fuerza para no desfallecer. Pidamos mucho para que nuestra Patria sea una tierra de bendición y de paz. Pidamos mucho por nuestra Rioja para que superemos felizmente nuestros problemas.

Como recomendaciones prácticas:

  • Donde puedan tener sacerdote, preparen y participen todos de las celebraciones de Semana Santa. Donde no puedan tener sacerdote oren y celebren la Semana Santa en sus Casas y en Si tienen Capilla cerca, procuren hacer algunas celebraciones comunitarias. Conversen con el Párroco. Mediten la Palabra de Dios y Hagan el Vía Crucis.
  • Cada Parroquia ya tiene organizado el programa de celebraciones, traten de conocerlo.

El Miércoles Santo a las 21 horas consagré los Óleos para toda la diócesis en la Catedral.

La Semana Santa es tiempo propicio para recibir el sacramento de la reconciliación y recibir la Sagrada Comunión.

El próximo domingo, domingo de Ramos se les dará indicaciones más con- cretas y se les recordará lo programado.