«Hasta dejar la vida» – Día del Combatiente de Incendios Forestales

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“Hasta dejar la vida”

Flavia Sanagua

Jefa de Bomberos Águilas de Acero – La Rioja

Todo niño tiene admiración por los bomberos ¿quién no deseó alguna vez subirse a una autobomba y salir presurosos a un incendio?

Visitar el cuartel de bomberos es descubrir un gran mundo centrado en la ayuda gratuita a los demás.

Cada 4 de mayo se conmemora el Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales, fecha en que se realiza en todo el mundo un especial reconocimiento tanto a la tarea de las y los brigadistas, como también a quienes sufrieron accidentes e incluso perdieron la vida desempeñando su labor. Para visibilizar esa tarea y conocer cómo es la vida del Bombero visitamos el cuartel Águilas de Acero de la ciudad de La Rioja. Su jefa es una mujer, Flavia Sanagua.

En la ciudad de La Rioja hay dos cuarteles de Bomberos, uno se llama Ciudad de La Rioja y el otro Águilas de Acero, hacen el mismo trabajo, son ONG, trabajan juntos y en coordinación con Defensa Civil. Águilas de Acero se fundó en 2013, Se llama así por la velocidad de vuelo de un águila, llegan primero que todos, antes que nadie como las águilas y de acero por lo fuertes.

Flavia trabaja en los voluntariados desde adolescente, siempre “en donde haya que ayudar a los demás”. Ingresó en 2019 a Águilas de Acero y este año fue elegida jefa del Cuartel. Pertenece desde hace más de 10 años al Cuerpo de Paz Mundial que depende de la ONU. Allí con un régimen militar los preparan para ser bombero y paramédico en el mismo tiempo. La invitaron a formar parte de Águilas de Acero, hizo la preparación como todos, juró y aquí está hoy. Mujer de convicciones y profunda fe, sencilla, de ojos vivaces y cutis marcado por su trabajo de combatir incendios. Quiere bendecir el cuartel, las unidades. Se emocionó con el regalo de imágenes del Corazón de Jesús, me pidió para todos sus compañeros y para los móviles y posó en una foto con esa figura. Terminamos la visita rezando un misterio del Rosario, a pedido de ella, por sus compañeros. En la Brigada son más de 20, en esta ocasión Flavia estaba de guardia junto a Ricardo Corzo y Jazmín Naranjo, ambos también con el deseo de ayudar a la gente.

Con ella conversamos y reproducimos tal cual sus palabras a nuestras preguntas.  

¿Por qué sos Bombera?

No elegí ser bombera, se nace, con la vocación de servicio se nace. Hasta dejar la vida. Hay una frase muy importante que siempre la recalco, la expectativa de vida que tenemos nosotros es distinta a la del resto, la vida del otro está antes que la nuestra, siempre es así, importa más el otro que nosotros.

¿Cómo es la vida de ustedes?

Estamos de guardia las 24 horas, los 365 días del año. Elegimos estar aquí, hay chicos de 17 años que yo valoro tanto y contengo tanto porque eligen estar acá en vez de irse a bailar, en vez de juntarse en una esquina. Eso hay que apoyar, hoy en día es muy difícil que lo hagan gratuitamente. Muchas veces nos dicen que estamos locos porque por ej. a la hora de llegar al incendio de una casa, vamos con desesperación a defender como si fuera nuestra casa, a veces entramos y nos asfixiamos, se nos aflojan las piernas  y nos sacan a tirones y nosotros queremos seguir ahí como si fuera nuestra. A eso no todos lo entienden, nos dicen ¡están locos! Elegimos estar aquí. Yo tengo un trabajo como cualquiera y trato de adecuar los horarios con el cuartel.

En la guardia en momentos calmos revisamos el material, arreglamos, cuidamos que todo esté en orden, lavamos la ropa, vivimos como una familia. Hay horas pico de siniestros, especialmente de los viales y ahora empieza la temporada alta de incendios forestales.

¿Por qué se dan los incendios forestales y como actúan ustedes?

En realidad el 80%, el 90% son causados por el hombre. La gente todavía no toma conciencia del daño ambiental y el daño hacia su persona, el tema salud, el humo es muy tóxico. Se comienza quemando basura y el incendio se va. La temporada comienza cuando no hay lluvias, está todo seco. Nosotros recomendamos que tengan cuidado con el viento, pero en realidad es falta de conciencia. Cuando la persona se dé cuenta del daño ambiental y el daño a la salud, cambiaría su forma de pensar. Muchas veces por limpiar un terreno prenden fuego y el fuego se les va.

¿Cuál sería el daño ambiental?

La flora, la fauna, todo lo autóctono que tenemos. Ya de por sí se está sufriendo una desforestación porque se está extendiendo la ciudad y lo demás y encima si le sumamos esto, ya es un desastre. Cuando sucede en los cerros, se pierde y no se recupera más, las especies comienzan a migrar, el daño es mucho. Lo peor es que no lo toman en cuenta y no consideran que un árbol en sí es bueno para nosotros mismos, es el hogar para un ave, para un animal y oxígeno para todos. Hay que mejorar la conciencia, la cultura y aprender a cuidar lo nuestro, nuestra casa más allá de trabajo que nosotros hacemos.

¿Cómo asisten un incendio forestal?

Recibimos llamado de la policía o de algún vecino y salimos. Cuando son incendios de magnitud trabajamos todos y son horas y horas de trabajo.

Cuando sabemos del incendio sale una camioneta de ataque rápido de 650 litros, es la que llega más rápido y más lejos, aunque es nada para un gran incendio, es para llegar y salvar una casa, una persona. Después está el camión pero hay terrenos en los cuales no se puede meter con vehículos y entramos nosotros a pie, a mano, con mochilas, palas, rastrillos y todo lo que sea necesario, pero es cuerpo a cuerpo con el fuego, a mano. Si cambia el viento se complica y el fuego nos rodea. Constantemente nos capacitamos en simulacros, herramientas, el físico, pero es poco. El viento, el humo desorienta, ahí es importante el compañerismo. A veces nos descomponemos, nos asfixiamos y nos cargamos unos a otros para salvarnos.

Yo no llamaría locura, le llamaría pasión a lo que hacen ¿Qué dice tu familia de esto?

Todos orgullosos, mis hijos se sienten felices, mi hijo más grande dice “ahora digo en la escuela que mi mamá es la jefa de bomberos”, me escribe diciéndome “estoy orgulloso porque mi mamá salva vidas”, eso me llena el alma, siento apoyo constante.

¿Volvés cansada de los operativos?

Cuando volvemos cuesta que pase la adrenalina, yo soy chofer entonces es más responsabilidad, ir con sirena, fuerte, pensando en la gente que te vas a encontrar, yo siempre voy rezando, rezo siempre y más cuando hay menores involucrados (se emociona), voy pidiendo que estén bien, que estén vivos. Voy rezando desde que salgo hasta que llego y al llegar, miro al cielo y agradezco haber llegado. Agradezco por el hecho de levantarme cada día porque puedo ayudar a alguien. Volvemos con esa carga de adrenalina y cada uno la procesa como puede, algunos ven TV, otros se aíslan a pensar, otros conversan. Buscamos la manera de desconectarnos de la situación que vivimos. Nos duele el cuerpo cuando volvemos a la casa y realmente nos relajamos, duele todo. Vivimos situaciones bravas.

Contame una “brava que haya sido de un incendio forestal y una que no haya sido de un incendio.

En incendio forestal fue difícil el año pasado en la Ruta 5, en una finca de olivos. El olivo, al tener aceite cuando se quema explota y al explotar, las chispas llegan muy lejos y prende más. El incendio de olivos es interminable, es mucha, mucha agua, mucho trabajo. Siempre cuando vamos a un incendio forestal decimos ¡ojalá que no haya olivos! O tratar de que no llegue a los olivos. En ese incendio de la ruta 5 en un momento nos encerró el fuego con los móviles, intentamos salvarnos y salvar las camionetas, una de las compañeras se quemó la mano y esa desesperación constante por los compañeros y por el fuego. También el cansancio, la deshidratación, querés seguir y las piernas no te dan y uno quiere seguir acompañando. Cuando salimos de un incendio forestal, aunque usamos protección, siempre quema la garganta, tenemos 2 o 3 días de tos constante, disfonía, nos sale hollín por la nariz. Nos recuperamos y seguimos.

En el tema rescate nos tocaron varios vuelcos en la ruta con menores. Somos una de las provincias con mayor porcentaje de siniestros viales del país. No nos cuidamos, no usamos el casco, no respetamos velocidad. Es cultural, cuesta que la gente entienda que es importante nuestra vida y la de los demás. Todos somos importantes para alguien siempre. Si comprendemos esto todo va a cambiar. Cuidarnos a nosotros mismos, amarnos. Si me quiero me cuido, si te quiero te cuido.

Siempre trato en cada intervención, mientras lo estamos auxiliando, curando, les hablo siempre, le digo ¡Usá casco! ¡Pensá en tu mamá! Lo más difícil que me tocó fue atender un joven que era campeón de motociclismo. Choca y yo que me venía a la guardia estaba uniformada. La policía me para y me bajo a atenderlo. Tenía un traumatismo grave, una fractura expuesta y estaba como perdido. Entre los curiosos y todo lo demás empecé a dirigir ¡traigan cartón para hacer una férula de cartón! Lo hablaba y él entre que se perdía y volvía, se tomaba de mi remera y me decía ¡ayudame! En esa vorágine llegó la mamá, lo suben a la ambulancia y al otro día fallece. Es lo peor, uno se siente inútil, más allá de que no tuvimos nada que ver, siempre queremos salvar. Siempre tenemos esperanza de salvar, hay cosas que escapan de nosotros, me tocó muchas veces llegar y encontrar a las personas sin vida o que se nos mueran en los brazos. Es terrible llegar para ver qué encontramos, ayudar a la víctima y seguir protocolos, no puedo ir directamente a la víctima. Primero tengo que asegurar que no explote el auto, desconectar batería, tener matafuegos a mano, que no exploten los airbag. Algunos no entienden, no es el ¡dale, dale! Hay que actuar con calma y ese es uno de nuestros aprendizajes.

¿Qué le dirías a alguien que quiere ser bombero o bombera? ¿Qué se necesita?

Nacer con la vocación de servicio. Lo mío particular ha sido estar siempre en una institución de servicio. Además aquí cada uno tiene una historia de vida y en esa historia de vida hay algo que marcó y por eso estamos aquí. Aquí se sienten útiles, se siente que se puede ayudar. Lo mío particular es que yo perdí un hijo, un bebé que no llegó a nacer. Siento que cada vez que salgo, lo estoy salvando a él. Tengo compañeros que también han tenido pérdidas y en lugar de enojarse con la vida eligieron cuidarla. Además ver que en cada persona que salvamos nos salvamos nosotros. Ponemos nuestro corazón.

¿Qué le dirías a una persona común y corriente de la sociedad?

Que respeten la sociedad, que nos respeten a los bomberos. Muchas veces cuando vamos con la sirena los autos no nos dan lugar, puede ser un familiar de ellos aunque no lo sea es una persona, es un árbol que se quema, es una vida.

Ver al prójimo que es lo importante. Si quiere ser bombero saber que tiene que cuidar al prójimo arriesgando su propia vida y cuidar el medio ambiente, si arremeto contra la naturaleza va a faltar oxígeno, intoxico, contamino.

¿Sabías que están haciendo lo que hizo Jesús? ¿Que dio su vida? Lo que ustedes hacen es lo que hizo Jesús, dar la vida por los demás, aún sin conocerlos.

Es verdad. Pero siempre hay reclamos, me dicen que me quede en mi casa, no entinden que esto puede ser gratis. Yo les digo que si no estamos en el cuartel ¿quién te va a salvar a vos? Hay que querer al prójimo, al desconocido. Gratuitamente.

¡Gracias Flavia por la generosa entrevista y la cálida recepción en el cuartel! ¡Gracias Ricardo, Jazmín y el resto de la brigada por cuidarnos!

Gracias a todos los bomberos por dar la vida