Encuentro Social NOA – Dra Emilce Cuda: La democracia es un estilo de vida

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Encuentro Social NOA – Disertación de la Dra Emilce Cuda

La democracia a partir del Magisterio Social del Papa Francisco

Al hablar de democracia lo primero que hay que hacer es dar una lucha por el sentido al interior del concepto de democracia.

Hay conceptos que se usan en distintos contextos, en distintos momentos de la historia y que atraviesan toda la historia como es el concepto de democracia y que pasan a tener un valor simbólico enorme. Por eso hay que hacer una lucha muy fuerte para apropiarse del sentido de esos conceptos, lo cual los vuelve no solamente equívocos sino a veces también trampas mortales.

Los griegos hablaban de democracia, un periodista de la televisión siempre citaba a los griegos para hablar de democracia y lo hacía con una cara muy seria con una posición muy docta y no era válido, porque a esa democracia había que entenderla en un contexto de producción, estaba en una cultura, en una forma social, que desembocaba en un modo de democracia que era, lo que llamaríamos en la modernidad, una aristocracia; la democracia de la elite, la democracia de los mejores, la democracia de aquellos que tenían poder económico, que eran dueños de tierras, por eso eran el kratos del demos. El demos era el incluido, y el incluido se medía por la cantidad de dinero y el dinero tenía que ver en ese momento con las tierras productivas. Hay otro tipo de pueblo que no era el demos sino que era el otros, el pueblo que no tenía nada; por lo tanto era el pueblo excluido de todo, de la palabra y por lo tanto excluido de la participación en la toma de decisiones sobre los bienes comunes. La democracia en ese momento hacía referencia a la palabra pública, a tomar una decisión sobre los bienes comunes y los bienes comunes son aquellos de los cuales dependen la vida y la muerte. La vida de las personas depende del agua potable, de las condiciones de higiene, de la salud, de la comida, de la conectividad, de la tecnología en vacunas. Eso es el bien común que no son solamente los creados por Dios, sino también los desarrollados por el hombre a lo largo de la historia en un trabajo cooperativo, una labor conjunto colaborativa y no solamente de unos sectores de una sociedad, sino también entre distintos pueblos, entre distintas generaciones. Esos bienes comunes son los que nos permiten permanecer en la vida y no en la mera supervivencia, sino en una vida digna en una vida buena y en abundancia como dice el evangelio de Juan y como dice Aparecida «para que nuestros pueblos tengan vida».

Lo que está en común a defender es la vida y todos los bienes que pueden sostenerla. Aquellos que tienen la decisión sobre qué hacer con esos bienes son los que tienen la decisión sobre la vida y la muerte, pueden decidir la supervivencia de una persona o no por la existencia de penicilina, por la existencia de vacunas, pueden decidir la supervivencia de un pueblo si el extractivismo destruye todas las condiciones mínimas para desarrollar la vida, pueden decidir la supervivencia de todo un continente con deudas externas impagables, con un índice de suicidio altísimo de nuestros jóvenes y no solo de los sectores bajos sino los medios y altos, pueden decidir el encarcelamiento y el encierro en los nuevos modelos de cárceles privadas, pueden decidir muchas cosas. Quien toma la decisión sobre los bienes comunes es quien tiene la verdadera participación, participar es decidir política y económicamente es decir es decidir políticamente como polis, como pueblo, como comunidad sobre la economía, sobre el ecos, sobre la casa, sobre los bienes. Si no hay una decisión del pueblo como sujeto sobre los bienes que garantizan la vida no hay participación, y si no hay participación no hay democracia en sentido universal. Podemos tener otros modelos de democracia podemos tener una democracia en el sentido griego, es decir una democracia meramente participativa de solo el sector incluido. Si finalmente son ellos los que deciden sobre los bienes comunes el hecho de tener un fondo universal no garantiza la participación universal en el modo de reproducción, distribución, consumo y reinversión de esos bienes comunes para que nuestros pueblos tengan vida.

Es necesario entonces dar una lucha seria por el sentido al interior del concepto de democracia. Hay muchos conceptos y también muchos símbolos religiosos cuyos sentidos han sido apropiados en contra de nuestros pueblos; por ejemplo la palabra corrupción ¿qué decimos cuando decimos corrupción? ¿todos decimos lo mismo o pasó a ser una palabra vacía que sirve para nombrar confusamente distintas realidades? Cuando decimos democracia ¿todos estamos pensando lo mismo? ¿Todos estamos pensando la participación en la toma de decisiones de manera política, solidaria, en comunidad sobre las cuestiones económicas para que nuestros pueblos tengan vida? ¿O estamos o estamos pensando en meros votos que convierta a nuestros congresos en escribanías de más acumulación en contra de la supervivencia de nuestra gente? Esto también lo sabemos todos. Esto está en todos los diarios, en todos los libros. A veces usamos con mucha seguridad algunas palabras pensando que, los que nos escuchan o aquellos con quienes pretendemos abrir el diálogo,  estamos entendiendo por esa palabra el mismo sentido, el mismo significado, con que nosotros lo estamos diciendo. Un poeta italiano del decía «entre una flor cortada y una flor regalada la inefable nada». Entre el sentido que yo pongo cuando corto una flor y la regalo y el sentido que pone en esa flor el que recibe, puede haber la inefable nada. Lo mismo ocurre con la palabra democracia o con la palabra libertad de expresión y palabras como como el bien común. Hay una apropiación de estos conceptos en un sentido contrario al que le da la doctrina social de la iglesia.

A 40 años de la democracia en Argentina es muy importante al menos saber en qué sentido estamos usando esos conceptos Si queremos realmente que el estilo de vida democrático sea un estilo católico, según el magisterio del Papa Francisco y sobre todo de los obispos de Aparecida habrá que ver que nuestros pueblos tengan vida. Aquellos que quieren la vida de los pueblos y aquellos que viven exprimiendo a los pueblos de América Latina, del África y de parte del Asia también usan la palabra democracia; todos hablan de democracia, todos los candidatos a derecha a izquierda hablan de democracia dicen que van por la democracia y todos dicen que van por la libertad de expresión. Yo llamaría a tener cuidado, a ponernos de acuerdo y antes de empezar a dialogar debemos definir bien de ponernos de acuerdo sobre qué vamos a entender por cada uno de los conceptos que vamos a utilizar. El diálogo supone un mínimo acuerdo sobre el sentido de los conceptos sino si no tenemos en cuenta eso es probable que repliquemos un discurso que vaya totalmente en contra de una verdadera democracia.

El Papa Francisco en su magisterio social sobre todo en Evangelii Gaudium no se detiene en el contenido de la evangelización sino en el modo de la Evangelización. Cuando hablamos de democracia nos remite más que a un lenguaje esencialista, a un modo de vida.. Francisco al comienzo de Fratelli Tutti dice: vengo a proponer un estilo de vida con sabor a Evangelio. Muchos autores han definido la democracia como un estilo de vida y no una forma de gobierno que es la república o la monarquía, la democracia es poner en práctica esa forma de gobierno. Esto es interesante en este momento donde hay una crisis de civilización, donde hay una crisis de representatividad a causa de esa crisis civilizatoria; es el momento en que probablemente las formas políticas que se constituyen en la modernidad  están en crisis a consecuencia de un modo de producción industrializado. Por lo tanto puede ser que las formas de gobierno cambien, pero hay algo que tiene que seguir y es la democracia y ahí tenemos que ser cuidadosos en el sentido porque esta democracia puede ser el kratos de unos pocos que hayan quedado incluidos o puede ser una oportunidad, un kairós para generar cualquiera sea la forma de gobierno un estilo de vida democrático pero en el sentido de participación en la toma de decisiones. Este estilo de vida con sabor evangelio es el modo de definir eso que en el mundo secular se llama democracia.

La iglesia ha tenido una larga trayectoria el sentido de democracia. Al comienzo de la doctrina social la democracia no existió, en este sentido comienza con Pío XII después de la Segunda Guerra Mundial. Una democracia de la que habla la iglesia ¿es una democracia representativa o es participativa? si es participativa ahí tiene mucho para decir la iglesia a lo largo de todo el pensamiento social cristiano.

Si ponen un contador de palabras en los documentos del Papa Francisco no van a encontrar la palabra democracia y uno se pregunta ¿este papa no quiere la democracia o será que la nombra de otro modo? Finalmente la democracia es un modo, no es una esencia, es un modo de vida, es un modo de compartir, es un modo productivo que no viola ni destruye ni exprime la tierra ni a las personas que la habitan. Si buscamos el sentido de la Democracia no es como esencia, sino como modo, como práctica.

 La palabra que aparece de modo constante es la palabra participación, que es lo que está en disputa dentro de la democracia. No es su definición sino el modo de practicarlo que es un estilo de vida, por eso el Papa Francisco habla de participación, tener parte; participar en las bodas del cordero, participar de la gracia, participar de la filiación divina.

El concepto de participación por analogía podemos aplicarlo a nuestro vivir juntos en la tierra y eso da unidad, armonía a los principios de la doctrina social de la iglesia. Participación para una vida digna en los bienes creados y desarrollados, participación solidaria es decir no ayudar al lado con lo que me sobra sin una solidaridad institucionalizada donde todos participan de una institución a través del cual las necesidades se convierten en derechos. Participación subsidiaria que implica una comunidad organizada que controla para que un estado cumpla las necesidades mínimas de una población: Cuidar las fronteras y que la gente viva. Hoy las fronteras de América Latina son porosas; millones de personas están caminando hacia ningún lado y nuestros recursos naturales se van sin ni siquiera tener el tributo necesario en los Estados, trata de las personas, robo de órganos, secuestro de niños. Eso hace que estas fronteras estén porosas y que los estados no contengan eso y tampoco la vida. Una vida que está amenazada de muertes que no sabemos, de muertes que van a venir por los cambios climáticos. Es un momento crítico de la historia pero no solo de Argentina.

 La Argentina cumple 40 años de vida democrática. La vida de democracia es débil, la democracia es débil porque siempre se da en un contexto antagónico entre aquellos que tienes posiciones egoístas que terminan concentrando la riqueza y aquellos que, cuando pueden, tratan de dar una lucha por el sentido de esas mismas palabras y decir “este estilo de vida que supimos conseguir tenemos que cuidarlo”.

Para entender lo que el Papa Francisco entiende de democracia hay que hacer un trabajo casi quirúrgico, es un trabajo de una hermenéutica importante. Si hay algo que tienen para exportar Argentina y Brasil es la capacidad de organización comunitaria, es asombrosa la capacidad de organización que tiene nuestros pueblos porque uno de los principios de la doctrina social de la iglesia que es la subsidiariedad que habla de participación esa subsidiariedad, es una comunidad que se organiza. El Papa Francisco habla de la unidad en la diferencia y lo dice de manera lacónica “o nos unimos o nos hundimos”. En Pentecostés del 2020 dio una definición fantástica de la organización cuando dice que para nuestro estilo de vida con sabor a evangelio la estrategia no está al comienzo sino al final. Él dice que los apóstoles estaban atemorizados sabiendo lo que había pasado con su maestro, se unen para salvarse y es en ese momento donde el espíritu les da estas armas que son las virtudes teologales, que son las que le permiten ser Apóstoles, ir adelante sin miedo y sin estrategia. La estrategia es algo que se explica después. Al final del recorrido yo puedo reconstruir cuál fue la estrategia de ese pueblo para salvarse, pero al comienzo está la unidad, está la comunidad y esa unidad es una unidad de hermanos, de pares de participación por decisión, porque es la unidad de la diferencia. Probablemente esas personas no tenían las mismas actividades las mismas expectativas de vida, los mismos condicionamientos sociales, sin embargo para salvarse se unen y en el caminar juntos se va constituyendo eso que de manera teórica en la política llamamos estrategia pero que, en realidad, es la subjetividad comunitaria que hace de un conjunto de personas, un pueblo; que no es lo mismo que una masa. La masa no tomó la decisión de unirse para salvarse, un pueblo toma la decisión de unirse para salvarse y no busca a los que son iguales, somos los que estamos en la tierra los que estamos. Somos nosotros, nos unimos y en ese caminar se va constituyendo un pueblo.

 Francisco habla de la unidad y es difícil porque estamos en un mundo muy marketinero donde enseñan que las universidades de negocio pone las metas en los objetivos, las estrategias y hacen un embrollo de palabras y esas cosas no tienen definición porque se viven. Es un problema de modos no de esencias, es un proceso de empezar a caminar, por eso la sinodalidad. Francisco hace mucho hincapié en el tema de la participación de todas las maneras posibles. lo dice y también el por qué llama a la participación.

 En el discurso que dio a los estudiantes universitarios en noviembre de 2022 en África, me emocionó escuchar donde los estudiantes dicen que no tienen vida: «nos están matando de hambre, nos están matando a todos con fusiles, están violando a las mujeres, se hacen las denuncias» y frente a eso el papa no dice ¡democracia democracia! porque sabe de la trampa del sentido, el papa habla de organización. Les dice tienen que organizarse, tienen que tomar la decisión de unirse y organizarse; organizarse significa pensar una doctrina propia que no venga de afuera, que no venga al margen de la realidad que ustedes viven, ustedes mismos en ese caminar van a ir armando la propia doctrina que es otro modo de explicar el mundo secular, ese estilo de vida con sabor evangélico. Una doctrina que se fundamenta en el evangelio de Jesús, que cuando viene el joven rico a preguntarle qué tiene que hacer para salvarse él le dice unite, para salvarse hay que unirse. Unite es el sentido  de la democracia por el cual hay que luchar.

 En momentos, en estadios cuando el estado comienza a moverse el estado es fijación cuando se tambalea Y en este momento de Caos alguien va a venir a ordenarlo. Hay que luchar por Ordenar el caos y cada uno ofrece su solución para que ordene el caos y ese se convierte en Dios. Es lo que dice el Génesis, en el mundo secular tiene su origen en un caos, donde hay caos para ordenar y cada uno tiene su librito para ordenar y uno de los grandes problemas son las posiciones fundamentalistas, fundacionales. Habrá políticas, siempre hay políticas, tienen que haber una política de democracia participativa sin autoritarismo

Y aparece la segunda amenaza que es la apropiación de los signos religiosos. Una apropiación de los signos religiosos es la apropiación de ordenar ese caos desde posiciones fundamentalistas alejadas de la participación.

Hoy en plena democracia tenemos miedo a defender a la mujer, estoy hablando de los miles de femicidios que ocurren. Si hablamos de eso aparece alguien diciendo que estamos haciendo ideología de género. Hay una apropiación del sentido porque nos da miedo hablar de las mujeres para que no nos acusen ¿cómo vamos a hablar de una democracia como estilo de vida si no podemos hablar de que están asesinando miles de mujeres y niñas para robarle los órganos? También tenemos una apropiación del concepto de familia, no puede ser que si hablamos de familia sea considerado como una amenaza de extrema derecha conservadora. La familia es importantísima para la vida católica y cristiana, ahí también hay una lucha por el sentido.

Hay un montón de términos que son usados de distintos modos. Francisco tiene una comunicación directa sin mediación. Creo que Argentina tiene mucho para para hacer y mucho para exportar en el sentido de una democracia como sentido de vida que tiene que ver con la participación de modo decisivo, a nivel comunitario como sujeto para que nuestro pueblo tengan vida y ser nosotros los dueños de la vida y de la muerte y no cualquier mortal que quiere ordenar este caos apropiándose de símbolos religiosos.

 Argentina tiene una gran capacidad de organización es una gran comunidad organizada. El sentido de la comunidad organizada también hay que reapropiarlo, es una organización de los que estamos en la tierra y es un estilo de vida democrática en el sentido de Papa Francisco.