Día del trabajador – Homilía Monseñor Braida

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1° de mayo de 2024  – 

Misa, Día del Trabajador  – Organizada por Pastoral Social de La Rioja junto a diversas Organizaciones de la Sociedad Riojana –                  

Homilía de Mons. Dante Braida en Parque Industrial de la ciudad de La Rioja, 01°/05/2024. Textos bíblicos: Col 3, 14-15. 17. 23-24/ Mt 13, 54-58

“Con PAZ, PAN y TRABAJO alimentemos la ESPERANZA”

Queridos hermanos y hermanas:

Estamos reunidos aquí, celebrando el día del trabajador, bajo el lema: “Con PAZ, PAN y TRABAJO alimentemos la ESPERANZA”. Al reunirnos lo hacemos para dar gracias por el trabajo que tenemos y para pedir por más trabajo para quienes lo necesitan y por más justicia para aquellos trabajadores cuyos derechos no son respetados.

Al encontrarnos en este día tenemos presente a los que trabajan en el ámbito de este Parque Industrial que hoy nos recibe; a los que trabajan en el mundo de la salud y la educación; a los que trabajan en el campo en tareas agropecuarias; a los cosecheros y productores; a los emprendedores cooperativistas; a los empresarios; a los que trabajan en el Estado y en diversas instituciones de bien público. Tenemos presente a los sindicalistas, a los miembros de diferentes movimientos sociales; a las trabadoras domésticas y las amas de casa; a los recuperadores urbanos y a todos los trabajadores y trabajadores de diferentes oficios y trabajan día a día para generar fuentes de trabajo y desarrollar emprendimientos productivos. También tenemos especialmente presente a quienes se han quedado sin trabajo hace tiempo o recientemente, a quienes buscan un trabajo digno.

Sí, hoy queremos tener presente a todas estas realidades y juntos suplicar a Dios por cada una de ellas y dar gracias por el trabajo que tenemos y la posibilidad de trabajar, cómo nos decía el apóstol Pablo: “vivan en la acción de gracias… Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.”

  • Estamos reunidos como trabajadores que tienen fe y confían en un Dios que se hizo uno de nosotros, Jesús, y que durante muchos años fue trabajador-carpintero junto a su padre José. ¿No es este el hijo del carpintero?” se preguntan sus paisanos cuando predicaba en Nazaret. El carpintero que después será un trabador del Reino de su Padre, dándonos a conocer cómo ser parte de ese Reino. Cómo hacer realidad su propuesta de vida en ese Reino con la solidaridad del Buen Samaritano, la misericordia del Padre que recibe al Hijo prodigo y extraviado, con la compasión por los enfermos y carenciados, con la oración como parte esencial de la vida, con el amor generoso vivido en una permanente actitud de servicio que, finalmente, lo llevará a dar la vida por hacer la voluntad de su Padre y por darnos la salvación eterna.

Hoy damos gracias porque en la persona de Jesús, Dios se nos hace cercano, y nos habla claro y nos invita seguir un camino de Vida Plena y Feliz y trabajar para que los valores de su Reino sean vividos en nuestra sociedad para que también en ella se manifieste esa Vida Plena y Feliz.

El poder trabajar y desarrollar nuestras capacidades en el trabajo permiten que la persona humana pueda crecer y madurar como tal. El trabajar posibilita que se pueda llevar el pan a la casa, a la familia con dignidad, permite ordenar la vida y llevar adelante un proyecto de vida. Todo trabajo, es una ocasión para brindar un servicio a la sociedad, para contribuir a su desarrollo.  Como creyentes vemos en el trabajo un modo de colaborar con Dios en el perfeccionamiento de su obra creadora. En el trabajo se expresa nuestra vida y también nuestra fe.

Estos son algunos aspectos que nos hablan de la importancia de acceder a un trabajo y de realizarlo bien, con dedicación y responsabilidad. Con honestidad. Como nos decía el apóstol Pablo: “Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón”.

  • Al mismo tiempo podemos comprender que al no tener trabajo se pierde mucho, se impide desarrollar muchos aspectos de nuestra vida. Al no haber trabajo pierde, también, toda la sociedad.

Por eso nos preocupa el índice de desocupación que desde hace mucho tiempo manifiesta un gran déficit laboral en nuestra sociedad; como también nos preocupa las medidas y leyes que puedan ponerse en vigencia y que puedan acentuar esa triste realidad. Nos preocupa que hoy muchos jóvenes vean frustrado el acceso al primer trabajo.

Sabemos que el 1º de mayo se instituyó como Día Internacional del Trabajador en conmemoración de la represión que sufrieran los obreros de una fábrica en la ciudad de Chicago en 1886 reclamando por una jornada laboral de 8 horas evitando todo tipo de explotación.

Conmemorar este año, en el contexto que hoy vivimos, el día del trabajador es un llamado a asumir las problemáticas de nuestro tiempo.

Por eso es más que necesario el ENCUENTRO entre diversos actores de la sociedad para que, en el diálogo multisectorial, podamos abordar con espíritu generoso todos los aspectos que hacen a la generación de nuevos empleos y a la diversificación de la matriz productiva acorde a las posibilidades de nuestra región.

La Rioja cuenta con muchas posibilidades para seguir creciendo y cuenta con muchas personas que pueden contribuir a ese crecimiento.

Tener fe implica ocuparnos de los asuntos de la sociedad y, con confianza y responsabilidad, trabajar para su progreso. La fe tiene una ineludible dimensión social por tanto no podemos mirar a otro lado.

  • El lema que hoy nos convoca es “con PAZ, PAN y TRABAJO alimentemos la ESPERANZA”.

Hoy estamos aquí para suplicar a Dios a que nos anime en la ESPERANZA.  Que no decaigamos ante las adversidades, sino que nos animemos a luchar por un mundo más justo e inclusivo, por más Paz, Pan y Trabajo para todos.

Es bueno tener presente lo que decía el papa Francisco en la pandemia: “Nadie se salva solo”[1]. Podemos repetir con realismo esas mismas palabras en la crisis actual: “Nadie se salva solo”.

La Esperanza crece cuando nos juntamos, cuando nos encontramos y, no aferrándonos a nuestros propios intereses, podemos escuchar y comprender a los demás y aceptar su derecho a vivir y crecer.

La Esperanza crece cuando podemos soñar juntos un futuro mejor y podemos construirlo entre todos, incluyendo a todos.

La Esperanza crece cuando ponemos la confianza en Dios y miramos la realidad como él la mira. El mira a cada persona humana con infinito amor y como un hijo que merece todo el respeto y el cuidado. Nos mira a cada uno y desea que todos crezcamos y nos desarrollemos.

La Esperanza crece cuando, como hoy, estamos aquí rezando y caminando juntos.

  • Hoy también tenemos presente a nuestro beato mártir mons. Angelelli que una misa del día del trabajador alentaba la esperanza del pueblo riojano del siguiente modo. Decía: “Hermanos trabajadores: Cristo, Nuestro Señor, ha santificado con su Cruz y con su Resurrección el trabajo nuestro de cada día para que podamos llevar el pan a nuestros hogares. Cristo, le da sentido redentor y liberador a nuestro esfuerzo fraternal y a nuestro trabajo para hacer feliz a La Rioja. Cristo quiere una Rioja, no resignada sino plenamente libre y feliz. La Rioja reclama de todos nosotros, gobernantes y pueblo, superar toda división y todo egoísmo individual y de grupos para hacerla una tierra donde el amor no sea una palabra para enamorados simplemente, sino la meta de nuestro trabajo concienzudo por lograr ser verdaderamente un pueblo que se quiere, es solidario y nadie abusa del otro.”[2]

Que la Virgen María, esposa de José y obrera de Nazaret, nos acompañe con su cercanía y ternura de madre para que nos reconozcamos verdaderamente hermanos y hermanas que podemos y tenemos que caminar juntos y trabajar juntos.

Y finalizamos invocando a San José, padre de Jesús y obrero-carpintero, haciendo nuestras las palabras del papa Francisco: “Imploremos a san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo![3] Así sea.

[1] Papa francisco. Momento Extraordinario de Oración pandemia. 27 de marzo de 2020.

[2] Angelelli, Enrique. Homilía 1° de mayo de 1975.

[3] Papa Francisco. Patris Corde. 8 diciembre de 2020.