Día del Padre (15 de Junio)

0
36

Hermanos y Amigos Radioyentes de L.V. 14.

Hoy celebramos el día del “padre”. Queremos darle todo su sentido espiritual y cariñoso. Es una palabra que nos llega muy hondo. Sin pretender caer en un sentimentalismo superficial, queremos pensar sobre lo que nos sugiere la palabra PADRE.

Puede suceder, también, que por circunstancias especiales en la vida, existan hermanos nuestros, que el recuerdo del padre los entristezca. Sin embargo, queremos, los hijos, decirle a aquel hombre que Dios eligió para darnos la vida, una palabra cariñosa de gratitud. Es para el papá; para nuestro padre. Al papá que está a nuestro lado; al papá que está lejos; que no vuelve a la casa; que se fue al cielo; que no nos comprende; que no lo comprendemos; que tiene defectos; que sufre y se alegra con nosotros; a ese papá, esta mañana le decimos: ¡gracias papá, rezamos por ti para que Nuestro Padre Dios te bendiga, te ayude a ser siempre un buen padre, para que seas feliz y ayudes a mamá y a nosotros los hijos a que seamos felices, para que nos ayudes a que seamos buenos hijos; buenos hermanos; buenos amigos; buenos cristianos. Para que te ayude a que nos enseñes a que seamos buenos ciudadanos; aprendamos a ser una comunidad en la casa; serviciales, generosos, estudiosos, para que sepamos jugarnos por los demás. Por todo esto le pedimos hoy a nuestro Padre Dios; tú nos debes guiar; sabemos que esto es difícil.

Para que comprendamos mejor qué significa ser “padre”, nos es necesario descubrir y conocer a nuestro Padre DIOS. Hoy, tiene como un sabor especial, el PADRE NUESTRO. Rezarlo despacito, es como si nos diéramos más cuenta de todo lo que le decimos, y de todo lo que nos comprometemos.

Esto le decimos:

  • Él es Padre de TODOS los hombres sin distinción alguna.
  • TODOS somos hijos de un mismo Padre Dios.
  • TODOS somos llamados a ser hermanos y formar la gran familia humana.
  • Todos debemos procurar realizar en la tierra la imagen de la “familia divina de la Santísima Trinidad”; hogares, pueblo y naciones.
  • Todos nos debemos sentir necesitados de Dios y que El sea reconocido, amado y glorificado por todos los hombres.
  • Todos necesitamos descubrir lo que quiere de nosotros nuestro Padre Dios: para esto vino a la tierra JESÚS; el EVANGELIO de JESÚS es el camino para ser felices.

Le pedimos…: que no nos falte el pan de cada día – para todos, no para algunos -; por eso trabajar para que a nadie le falte el pan de cada día en la mesa, es una exigencia humana y un mandato del amor cristiano. Confesamos un sentido grande en la Providencia y a la vez debemos trabajar por la justicia y el amor fraterno; sólo así no faltará el pan de cada día en los hogares. HOY, de una manera especial le pedimos a nuestro PADRE DIOS que no falte el pan de cada día en muchísimos hogares argentinos; también riojanos.

Que los argentinos ni renunciemos a amasar el pan con nuestro trabajo y a la vez no construyamos una economía que no haga distribuir justa y cristianamente los bienes y frutos de nuestra tierra que fueron dados por Dios para todos y no para unos pocos.

  • Le pedimos el don del PERDÓN en la medida que perdonamos.
  • Le pedimos que no caigamos en la tentación de los siete pecados capitales.
  • Y que nos libre de todo tipo de males…

Así nos enseñó Jesús a conversar, orar, dialogar con nuestro Padre Dios. Quienes tenemos la misión de la paternidad, física o espiritual, tenemos el mismo nombre: PADRE. Dios nos presta su mismo nombre para el ejercicio de esta difícil y estupenda responsabilidad de la paternidad. Trasmitimos la vida, humana y divina.

Le agradecemos a Dios, el habernos llamado a ser “padre”; le pedimos que nos ilumine y nos bendiga en el ejercicio de nuestra responsabilidad y que no abandonemos esa vida de la cual nos sentimos responsables. La debemos hacer crecer; madurar, así como se maduran los frutos del árbol; la debemos guiar conforme salió de la fuente que es Dios. Fuimos llamados para ser padres de la vida y no de la muerte; física o moral; ésta más grave aún.

Por eso, mi amigo, en usted papá, se refleja la paternidad de Dios; usted en su hogar el que celebra la vida cada día como el gran sacerdote del hogar; usted, con su esposa y sus hijos deben procurar que en su casa se refleje la familia de Dios; la pequeña comunidad cristiana; el lugar donde sus hijos aprendan a ser hombres, responsables y maduros para Dios y para la patria; hombres libres y solidarios a la vez; hombres que sepan dar razones de la vida y ayuden a sus semejantes a ser felices y no desgraciados en la vida.

Por eso, para ayudar a su misión de padre, difícil y a veces muy dolorosa, queremos estar muy junto a usted para unir esta paternidad espiritual a la suya; con la Palabra de Dios y con la VIDA SACRAMENTAL; para que usted prolongue en su casa lo que estamos haciendo ahora en esta mesa eucarística.

  • Queremos estar junto a usted para ayudarle a luchar por el pan de cada día brindándole el sentido cristiano de esta lucha por el pan; para que lo res- peten y le hagan justicia; para que no le destruyan su hogar; para que usted camine en comunión con su esposa y sus hijos; para que sus hijos lo compren- dan y lo quieran siempre; para que usted comprenda y acompañe en todos los aspectos a sus hijos.
  • Queremos estar muy junto a usted, para que los valores morales y cristianos no desaparezcan de su hogar porque se destruiría lo que tanto le costó y soñó.
  • Queremos estar junto a usted para que la “mentira” en todas sus formas, la calumnia disfrazada de muchas maneras, no destruyan la felicidad de su hogar.
  • Queremos estar junto a usted y junto a todos los hogares para que, juntos vayamos construyendo la felicidad de todos que es construir la felicidad de La Rioja.

Amigos: eres hijo; seguramente que estás sufriendo hoy porque no tienes a tu padre a tu lado; por la razón que fuere; te pido que me hagas compartir la soledad que sientes; te brindo esta paternidad espiritual como la de un amigo y de un hermano; también como padre, hoy, especialmente contigo nos estrechamos en un abrazo, te tengo muy presente en esta misa, está tu nombre – éste es mi mejor regalo – juntos se la ofrecemos a nuestro Padre Dios para que nos bendiga y para que bendiga a ese papá que hoy no está en la casa; ya no vuelve más; nos encontraremos en el cielo; creemos firmemente que así será. Hoy, te invito, a que le des un abrazo y un beso a tu madre, porque lo necesita. Partan el pan con alegría, aunque corran las lágrimas.

En este día del “padre” les quiero hacer esta otra reflexión. En la semana que acaba de pasar, hemos vivido acontecimientos que van más allá de especulaciones políticas. La Iglesia debe siempre hacer su iluminación desde el Evangelio. Porque el Evangelio es para ayudarnos a vivir según la Voluntad de Dios. Somos conscientes que no es nada fácil iluminar hechos concretos desde el Evangelio, máxime cuando están en juego las pasiones de los hombres. No es la primera vez que debemos reafirmar los valores y la dignidad de nuestro pueblo riojano. Esto va más allá de los límites partidistas. Nos alegramos cuando nuestros gobernantes, servidores del pueblo, producen “gestos” en defensa del pueblo que guían. En momentos difíciles y desconcertantes, debemos ser muy serenos y lúcidos para discernir bien qué nos está pasando como riojanos y como argentinos. Dios es muy celoso de su pueblo, especialmente de quien es más indefenso y postergado. Una ligera lectura de la Biblia y de los documentos de la Iglesia nos respalda lo que acabamos de decir. La Historia lo confirma: todo lo que se edifica sobre la “mentira” y sobre la “calumnia” y la “injuria”, es lo mismo que edificar sobre arena; el más leve viento lo echa abajo. Dichoso el pueblo que edifica su felicidad sobre la VERDAD, la JUSTICIA y el AMOR. Sólo así se construye la verdadera PAZ. Esto lo hemos dicho muchas veces y no nos cansaremos de repetirlo. Somos conscientes – también – que obrar así, nos trae sufrimientos.

Hace mucho tiempo que La Rioja padece una grave enfermedad moral; es como una lacra; la padece todo el país; las consecuencias las sufre nuestro pueblo noble, digno y cristiano. Me refiero a la “calumnia” y a la “injuria”. La Rioja la ha padecido y la padece en estos últimos años de una manera especial. No se ha salvado nadie. Personas, hogares, Instituciones; dignas y que quieren sinceramente servir a sus hermanos, han sido presa de este obrar inhumano y gravemente inmoral. Hasta la misma Iglesia y es un signo evangélico alentador, ha sido y sigue siendo objeto de las más bajas calumnias. Se han destruido hogares; personas, paralizado iniciativas y sembrado el miedo y la desconfianza. Una determinada prensa ha creído hacer un favor al pueblo con este triste pro- ceder. Quedaría marcada nuestra historia con una página tristemente dolorosa.

Aún más, servicios informativos, que debieron y deben cumplir un honesto y constructivo papel en la comunidad riojana y argentina, han manoseado a nuestro pueblo. Esto, con los mejores sentimientos constructivos, no podemos silenciarlo. La Rioja, y nuestra misión como Iglesia, nos exige señalarlo y advertirlo. Además, debemos cuidarnos de no fomentar el odio o el resentimiento. Todo lo contrario. El obrar con firmeza no nos exime de actitudes cristianas. Ser firmes y claros ante esta grave enfermedad moral, nos lleva también a comprender las debilidades de los hombres, nuestros hermanos, a distinguir bien la malicia, y a saber perdonar sin transigir con lo que es el error, la calumnia y la mentira.

Quizás tengamos que aprender una lección muy saludable y dolorosa: quienes tenemos responsabilidades en la comunidad, grandes o pequeñas, hablemos y obremos con firmeza y cristianamente para no tener que lamentar situaciones, a veces irreparables. En esto el Papa Pablo VI nos ha dado una hermosa lección evangélica con su Carta Autógrafa destinada a La Rioja, a fines del año pasado. El Papa supo ser muy padre advirtiéndonos cómo debemos obrar en el futuro.

Visita de San Nicolás

Para finalizar esta reflexión dominical, debo anunciarles esta gratísima noticia: Dios mediante, después de las fiestas de julio, San Nicolás, nuestro “padre San Nicolás”, como le decimos familiarmente, visitará toda nuestra Rioja. Para las fiestas de julio les daré los detalles de la salida junto con el sentido de esta visita misionera de San Nicolás. Desde ahora ponemos a la diócesis en actitud de oración para que esta visita signifique para la Rioja y para todos los hogares riojanos una verdadera bendición de Nuestro Padre Dios.