Cornelio Rau – Apóstol de la Pastoral Carcelaria

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«Estuve en la cárcel y me visitaste, pasá a formar parte de mi Reino» (Mt. 25,37)

Cornelio Rau partió el 8 de febrero de 2023 a la Casa del Buen Padre Dios quien seguramente lo recibió con mucha ternura.

Cornelio fue lo que se dice «Un santo de la puerta de al lado». Una persona común que entendió eso de ver a Jesús en el prójimo.

Durante 26 años formó parte de la Pastoral Carcelaria San Maximiliano Kolbe. Cada domingo visitaba la Unidad Penitenciaria y rezaba el rosario con los internos, los preparaba para la misa, los alentaba, se preocupaba por sus familias y durante la semana los auxiliaba en sus necesidades sin horario para asistirlos; la escucha y el consejo certero eran características de sus conversaciones con los internos. Los veía como a sus hermanos, otros Cristos y jamás les preguntaba el motivo por el que estaban allí y si ellos les decían no lo contaba a otros. Todo un gesto de respeto y lealtad.

Nació el 1944 y llegó a La Rioja con su esposa y sus 3 hijos como gerente del Banco Hipotecario. Persona muy culta, pedagogo, profesor de Inglés, abogado pero sobre todo un buen cristiano comprometido con los menos considerados de la sociedad, con los presos. la Pastoral Carcelaria San Maximiliano Kolbe no sólo fue para él un espacio de misión, también fue un espacio de conversión, de cambio de mirada hacia esta realidad y un centrarse cada vez más en Jesús a quien servía en cada preso.

El pueblo de La Rioja sintió su partida y la publicación de esta noticia en Facebook tuvo cerca de 20.000 interacciones, una gran número si consideramos que el Tinkunaco tuvo 15.000, su familia contaba de su dedicación a este apostolado, especialmente desde la partida de su esposa su vida fue el servicio en la cárcel, ese lugar olvidado y a veces despreciado por la sociedad.

Los internos de la Unidad Penitenciaria lo lloraron mucho, pero también sintieron en él una inspiración, un modelo a imitar y el mandato de seguir sus consejos y su ejemplo de entrega, de servicio, de ayuda, de respeto al prójimo. Las autoridades y los miembros del Equipo de Pastoral Carcelaria San Maximiliano Kolbe expresaron que Cornelio era un padre para todos, de firmes convicciones y nobleza de corazón. Unos días antes de su muerte les había manifestado que sentía que esta etapa de su vida ya se estaba cumpliendo y debía marchar a encontrarse con Dios definitivamente, presintió este viaje confiado en el encuentro con Jesús a quien tanto había acompañado en sus queridos internos.

Uno de ellos, perteneciente al Pabellón 4, le hizo el siguiente poema:

«Don Cornelio un día 8 de este mundo tú partiste,

siempre cantabas fuerte y con nosotros compartiste,

ahora este pabellón se encuentra triste

poque tu rostro no se verá con tu risa siempre firme.

Muchas décadas de vida la viviste peleando, luchando y ayudando a los caídos

compartiendo de tu vida porque no te dabas por vencido.

Ahora ese día te llegó, se fue mucha gente estando yo aquí en prisión,

me alegra saber que te fuiste muy de grande,

estando en la vejez la seguiste remando.

Que esto sea de ejemplo para todos los que quedamos.

Cada uno con su vida pero siempre estás presente,

para todos los oyentes no me bajen la moral,

siéntanse alegres porque un hijo de Dios ya se fue en libertad.

No se den por vencidos y no bajen la moral»

No se den por vencidos y no bajen la moral, el consejo más reiterado de Cornelio junto con la invitación a no dejar de rezar el rosario.

¡Gracias Buen Jesús por regalarnos en Cornelio un ejemplo de vida con un testimonio sencillo y cercano!

No tenemos dudas de que fiel a tu palabra está gozando de tu Reino disfrutando de tu promesa: «Estuve preso y me visitaste» (Mt. 25,37)