Conocí a un buen hombre llamado Angelelli- María Britos de Corzo

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María Britos de Corzo está en la Comunidad de San José. Pertenece al grupo de las mujeres trabajadoras de casas particulares, como se llamaba en aquel tiempo del Obispo Angelelli, antes que se sancionara la ley que es la Ley de casas particulares. Ella viene haciendo este trabajo desde hace muchos años, desde que llegó a La Rioja, con 23 años desde Chamical en 1974.

Ella cuenta que cuando llegó a La Rioja tenía una nena muy chiquita de 2 años y quería trabajar y no tenía a dónde dejarla, entonces “por obra y gracia del Espíritu Santo, me encontré con este buen hombre que se llamó Enrique Angelelli, que me dijo: Mirá, nosotros estamos creando un jardincito o una guardería, que era en ese tiempo, por la calle Copiapó y me dio el número y pertenece a la iglesia, a la Acción Católica Argentina, que la que trabajaba en ellos y me encontré con la directora y que era una señora ya mayor, se llamaba Charito»
Con respecto al recuerdo que tiene de Angelelli, María cuenta que les dijo que, como empleadas domésticas, no podían estar trabajando todo el tiempo que lo hacían, hasta los domingos al mediodía, aproximadamente 8 horas por día.Muchas horas y sin aportes.

En ese tiempo no había nada Angelelli me dice “Ustedes ya tienen que estar trabajando,  para que las registre. Porque ya él tenía esa idea porque lo vio en Córdoba, allá ya lo habían hecho. Estaban las mujeres ya registradas y entonces nos dijo, tienen que registrarse, a lo que respondí bueno, pero ¿Cómo empezamos?”
María cuenta que empezó a llevar así a su hija al jardincito y la directora con buena predisposición, le dijo, “Mirá, el Monse quiere tener una charla con las mujeres”
Y entonces Angelelli nos dijo «se tienen que empezar a juntar para que puedan tener peso y puedan empezar a trabajar para ustedes»
«Yo en ese tiempo trabajaba en un lugar bueno, pero muchas horas. Y tenía 3, cuatro mujeres más que trabajaban en el mismo lugar, era una empresa importante y entonces empecé por ahí, a las chicas que trabajaban ahí les dije que no había que trabajar tanto, los domingos no, por ejemplo. Entonces logramos que no se trabaje los domingos, después vimos que los sábados, solo era necesario hasta el mediodía, como los demás»
María y su grupo se reunían con Angelelli en el jardín, cuando él tenía tiempo porque también era un hombre muy ocupado. A veces las iba a visitar, visitaba los chiquitos al jardín y ahí se encontraban.
Algo que siempre les decía y le preocupaba es, que los trabajadores rurales también estuvieran registrados como corresponde y las mujeres nosotras “que éramos el último orejón del tarro que recuperáramos la dignidad de trabajadores. También les repetía que siempre hay que tener fe, que la persona sin fe no llegaba lejos. 
cuando llegué a La Rioja, dije con alguien me voy a encontrar que me de aliento como para estar tranquila, y desde ese momento empiezo a estar tranquila porque mi hija quedaba con una maestra para hacer deberes, una enfermera para ver los chicos cuando tenían fiebre, etc.
María cuenta que sigue unida y apoyando a las empleadas de Casas Particulares.
«Estoy en la calle Fray Justo Santa María de Oro 57 al lado de Cáritas en la ciudad de La Rioja. Asesoramos con otras mujeres que están conmigo para que sean reconocidas, para ver cómo hacemos con las mujeres que trabajan por hora. Buscarles algún resquicio, como para aquellas cuando tengan 50 años se puedan jubilar, porque cuando tienes 60 ya quieres tirar la toalla. También tenemos un roperito comunitario».

«Angelelli le diría a las mujeres de hoy que tienen más conectadas entre sí porque por ahí, si vos no tienes alguien con quien compartir experiencias te sentís que no podés, pero yo soy una bendecida porque cuando llegué lo conocí a este gran hombre que para mí fue un Santo desde el primer día que lo vi»

Cuando lo mataron sentí mucha pena, muchas veces yo venía escuchando este murmullo, yo trabajaba en el centro, acá en La Rioja. Sentía el murmullo este de que de que era un zurdo, de que era un rojo, de que le iba a cambiar la manera de pensamiento y no era así. Yo le digo así, todos los zurdos son así, quisiera tener muchos para que hagan mucho por los demás.

Debemos estar más juntos a pesar de todo yo tengo fe, yo tengo fe que todo se arreglan con el favor de Dios y Todos los Santos y los beatos mártires.