Desde comienzos del año 2020 el Señor nos convocó a servir en esta comisión.
Tuvimos una sola reunión presencial luego de ella nos encontramos con un hecho mundial que nos permitió seguir reunidos en forma virtual.
Seguimos en un caminar perseverante y comprometido de escucha, dialogo y acompañamiento a hermanos de distintos sectores de nuestra sociedad riojana, quienes acudieron para buscar el nexo entre ellos y autoridades a los fines de fomentar el dialogo y la escucha atenta. Buscamos así construir una Rioja como lo decía nuestro Beato Angelelli como “Cristo quiere una Rioja, no resignada sino libre y plenamente feliz. La Rioja reclama de todos nosotros, gobernantes y pueblo, superar toda división y todo egoísmo individual y de grupos para hacerla una tierra donde el amor no sea una palabra para enamorados simplemente, sino la meta de nuestro trabajo concienzudo por lograr ser verdaderamente un pueblo que se quiere, es solidaria y nadie abusa del otro”.
Vimos como iglesia, la necesidad de una profunda escucha y acompañamiento de la sociedad en todos sus ámbitos y dirigentes de manera de entablar un diálogo permanente en la búsqueda del bien común, sin exclusión y promoviendo la dignidad de las personas.
Con esta visión vinimos construyendo esta misión pastoral junto a nuestros pastores quienes nos acompañan en este caminar en amor, paz, solidaridad, hermandad y caridad.
Las necesidades reflejadas en la falta de empleo digno, precarización laboral, empresa familiar, el flagelo del hambre, la violencia, la falta de celeridad judicial en resolución de causas, son desafíos que siempre existieron y que solo pueden erradicarse de raíz con la mirada puesta en el otro, en el hermano, en el que se siente excluido, es tiempo de escucha, de dialogo, de compartir, de abrazar al Cristo sufriente dejando de lado las diferencias, siendo testigos fieles de la palabra de Dios hecha carne en nuestro ser.
Nuestros Ser y Hacer apuntan a:
- Mirar siempre hacia el único y verdadero camino con la esperanza puesta en el reino de verdad, paz y justicia.
- Cultivar la cultura del encuentro y la amistad social, convocando al dialogo y a la búsqueda de consensos.
- En situaciones concretas tener una actitud misionera y un abordaje evangélico amplio con que acciones podemos llegar y abordar esas realidades.
- Afianzando el compromiso en una iglesia sinodal en dialogo permanente con distintos dirigentes y diferentes credos, donde todos nos sintamos incluidos, importantes y necesarios para reconfortarnos y darnos fuerzas sobre nuestra fragilidad que solo puede ser reconfortada en un único ideal.
Finalmente vamos detrás de un mismo fin ocupándonos y preocupándonos del otro, con acciones y premisas en un único criterio que sea el de la voluntad de Dios con nuestro evangelio como luz en este caminar.