Carta de la 120 Asamblea del Episcopado al Arzobispo Mayor de Ucrania

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Los obispos argentinos hicieron llegar su afecto al arzobispo mayor de Ucrania

En el marco de la 120ª Asamblea Plenaria de la CEA, le remitieron una carta a su beatitud Sviatoslav Schevchuk, quien desde que se inició la invasión rusa hace una reflexión diaria sobre la situación.

Los obispos argentinos, reunidos en la 120ª Asamblea Plenaria, enviaron una carta a su beatitud Sviatoslav Schevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana.

En sus palabras, los miembros de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) le transmitieron el profundo afecto hacia su persona y lamentaron que Ucrania esté sufriendo “la plaga de una guerra que viola el derecho fundamental a la vida”.

“La sangre de las víctimas inocentes clama al cielo”, afirmaron los obispos, alentando a la comunidad internacional a “hacer todo lo posible para detener la guerra con el diálogo y la diplomacia”.

Los obispos argentinos aprovecharon la oportunidad para expresar también su solidaridad con monseñor Daniel Kozelinski Netto, obispo de la Eparquía de Santa María del Patrocinio en Buenos Aires.

Finalmente, rezaron para que el Señor Resucitado “siembre la paz entre los pueblos cristianos de Ucrania y Rusia”, llamados a ser todos hermanos, y pidieron la intercesión de María de Luján para que “reine la paz y la armonía en Ucrania y en el mundo entero”.

Texto de la carta
Beatitud Sviatoslav Shevchuk

Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado

El 16 de marzo del corriente año, la Comisión Permanente de la Conferencia episcopal Argentina, le hizo llegar su fraterna cercanía, y en esta semana, la Asamblea Plenaria no quiso dejar pasar su reunión sin expresar su profundo afecto hacia su persona, que años atrás, fue uno de sus miembros, y hacia la Iglesia y el pueblo ucraniano que está sufriendo las trágicas consecuencias de una guerra cruel sobre su territorio nacional.

 Lamentamos que, en el siglo XXI, Europa, el continente que sufrió las dos grandes guerras mundiales y fue la cuna del nacimiento de los derechos humanos, tenga que sufrir de nuevo la plaga de una guerra que viola el derecho fundamental a la vida.

La sangre de las víctimas inocentes clama al cielo, y nosotros, con todas las personas de buena voluntad, alentamos a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para detener la guerra con el dialogo y la diplomacia, porque la violencia y la venganza nunca arreglan los conflictos entre las naciones.

Expresamos también nuestra solidaridad con nuestro hermano, Mons.  Daniel Kozelinski Netto, obispo de la Eparquía de Santa María del Patrocinio en Buenos Aires y Visitador Apostólico en Paraguay, Chile y Uruguay, y con toda la colectividad ucraniana en Argentina. 

Con su Excelencia hemos rezado, celebrado la santa misa por la paz, escuchado su opinión sobre la situación del país, y quisimos compartir con él un gesto concreto de apoyo fraterno.  

Rogamos al Señor Resucitado que siembre la paz entre los pueblos cristianos de Ucrania y Rusia, llamados a ser, como nos recuerda el Papa Francisco, “Fratelli Tutti”, todos hermanos.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, en advocación de Nuestra Señora de Luján, escucha las suplicas que te dirigimos para que reine la paz y la armonía en Ucrania y en el mundo entero.

Los Obispos de Argentina
Conferencia Episcopal Argentina