Para la web de la diócesis estamos con el seminarista Fabián Vega Oliva quien acaba de ser admitido a las órdenes sagradas
Contanos un poquito. ¿Qué sentimiento fluye ahora aquí en esta tierra de Punta de los Llanos?
Para mí es muy movilizante, cuando el obispo Dante me preguntó sobre el lugar y la fecha para poder recibir la admisión a las órdenes sagradas, le propuse el 4 de agosto, una fecha que para mí es sumamente significativa.
Primero en relación con el obispo Angelelli, a quien le encomendé mi vocación desde el ingreso al seminario y quien me ha acompañado en los momentos de crisis. Y luego porque mi familia estuvo impregnada de la devoción a Enrique, por ejemplo, a mi abuela, una mujer viuda muy joven, la acompañó durante toda su vida el obispo, y a mi madre, secretaria de una de las cooperativas fundadas por monseñor Enrique, con la que compartió mucho tiempo, así que buena devoción por el obispo.
El segundo motivo de la elección de esta fecha es porque hoy es el natalicio de mi papá, quien falleció en el año 2009, y sentía que hoy es una fecha muy importante, dos personas muy importantes en mi vida y que siento que me acompañan profundamente desde el cielo, que son los grandes intercesores ante Dios por mi vocación y por la vida.
Estás trabajando en la parroquia de Chepes, acompañando al paso con Miguel Frontera, que es administrador parroquial. ¿Qué tal este tiempo? ¿El caminar con la gente de aquella Comunidad de Chepes?
Viene siendo un tiempo lindo, un tiempo lleno de gracia, con un tiempo nuevo en el que yo lo denomino de esta forma, el padre Miguel asumió el10 de marzo y bueno, juntos venimos trabajando, yo ya venía hacía 2 años, acompañando a la Comunidad del Chepes y este año se suma el padre Miguel a este trabajo, pero siendo cabeza de la parroquia, viene siendo un trabajo importante con la Comunidad, ahora en este momento estamos queriendo ver la posibilidad de hacer algunos arreglos en el templo, pero sobre todo queriendo mantener lo bueno, los párrocos predecesores este han desarrollado en la Comunidad. Essi un tiempo de gracia, un tiempo de amor, no en el que puedo descubrir la gracia y la misericordia de Dios.
Y hablando de la gracia y la misericordia de Dios, camino ya al sacerdocio, puede que parezca largo este peregrinar, ¿cuál es el mensaje para los demás?
Mirando el tiempo, han pasado 9 años de mi formación, creo que Dios ha sido muy misericordioso fijándose en mi nada, para llamarme a servirlo. Y me ha pulido en el amor, en la paciencia. Un Dios que se ha hecho presente a lo largo de todos estos años, a los jóvenes especialmente, quiero decirles que Dios sigue llamando, que no se nieguen a responderle al Dios de la Misericordia, al Dios del amor, que el camino en la vida sacerdotal es un camino lleno de amor, de alegría. Un camino en el que uno puede vivir la entrega con plena generosidad, con entusiasmo, que vamos a encontrar adversidades, pero que las adversidades se pueden superar con la gracia y desde la mano de Dios, y que somos plenamente felices, la entrega es en la felicidad plena, ¿no? Un sacerdote es feliz cuando puede entregarse plenamente a su pueblo y es acá donde vivimos la felicidad junto a todo nuestro pueblo riojano.
